"Rajoy no tiene vergüenza ni perdón de Dios"
José Luis Peñas se
considera un ciudadano normal. Pero no lo es. Si algún día se escribiera
una crónica general de la corrupción en España su nombre figuraría
impreso con letras de oro: fue una denuncia suya a finales de 2007 la que destapó el caso Gürtel.
Este exconcejal del Ayuntamiento de Majadahonda conoció a Francisco
Correa porque por aquel entonces, en 2005, el cabecilla de la trama Gürtel se movía por Majadahonda como pez en el agua: vio cómo Correa hacía y deshacía a su antojo, cómo hablaba sin tapujos y sin pudor de comisiones, contratos, regalos, comisiones y favores. Pensó que aquello era inaceptable y decidió grabar las convesaciones de Correa.
Dos años y 18 horas de grabación después se fue al juzgado: se estaba
gestando uno de los mayores escándalos de la democracia.
Seis años después de su denuncia el caso ha derivado en un auténtico tsunami de corrupción que supera con mucho la propia trama encabezada por Francisco Correa . Los sobresueldos en supuesto dinero negro que durante años recibieron los dirigentes del partido, incluido el actual presidente del Gobierno, Mariano Rajoy; los 22 millones que Luis Bárcenas ocultó en Suiza, las donaciones de constructores y empresas al partido y la más que presumible financiación irregular que subyace detrás.
"Esto es muchísimo más que Gürtel. Yo denuncié lo que sabía, una parte. Pero ahora se está descubriendo todo, y el todo nos ha llevado a ver que el PP es el PP de Gürtel, un partido corrupto y trufado de corrupción desde el primer dirigente al último. Si miro a los dirigentes actuales del PP lo único que veo es Gürtel por todas partes".
Peñas asegura que los sobresueldos y los sobres eran una práctica habitual
y generalizada dentro del PP. "Sabía que se repartían sobres entre los
de arriba, pero yo en ese momento no podía saber, ni probar, que fueran
ilegales, que no se declararan. Cuando yo presenté mi denuncia ni
siquiera tenía esa constancia. En aquel momento todo este tema ni
siquiera se me pasó por la cabeza". Niega haber recibido alguno de esos sobres: "En el PP de Madrid yo estaba en todas las campañas, pero mi retribución era estar en las listas".
Peñas, además, cuenta cómo era el proceso, sobre todo en lo tocante a las donaciones de las empresas. Pone de ejemplo una experiencia personal: "En mi declaraciónante el Tribunal Superior de Justicia de Madrid, muy al principio de la investigación, en 2009, yo conté un encontronazo que tuve con Guillermo Ortega [que fue alcalde de Majadahonda cuando Peñas era concejal] porque me dice que ha venido un fax del PP en el cual nos exigen que ayudemos a una serie de empresas que son las que a su vez ayudan al PP. Y este fax viene de la tesorería del PP justo después de una campaña. ¿Qué pasaba entonces? La gente sólo ve una parte: una empresa no da dinero porque quiere, da dinero porque luego le van a decir 'Vete a est pueblo que te van a dar esto'. Luego, el contrato es perfectamente legal pero proviene de un inicio que es ilegal".
Ante estas prácticas los dirigentes conservadores no reaccionaban. "Ha habido una impunidad durante todos estos años, se han aprovechado de ello, hasta que un pirao
de Majadahonda grabó a Correa y se les ha torcido todo el tema",
proclama Peñas, que reprocha una cosa con ahínco a Mariano Rajoy: su
pasividad. "Ahora entiendo muchas cosas que dijo Rajoy. Entiendo lo que
le dijo a Camps aquella vez: 'Estaré a tu lado, detrás de ti y
delante'... claro, claro, delante cuando los dos se tomaban las medidas
de los trajes", ironiza.
"También dijo que había echado a Correa de Génova [la calle de Madrid donde el PP tiene su sede nacional], pero lo dejó en Valencia, lo dejo en la Comunidad de Madrid, lo dejó en los ayuntamientos, en Castilla-León. Rajoy sabía que Correa era un presunto delincuente y no le denunció", añade.
Peñas fue condenado al ostracismo por aquella denuncia. Cree que las revelaciones del diario El País vienen a demostrar que lo que él denunció "era verdad palabra por palabra". Pero no se siente feliz, ni como ciudadano ni como antiguo miembro del PP: "Para mi es un día triste, no estoy orgulloso ni contento tras confirmar que el partido al que pertenecí durante muchos años es un partido corrupto. Pero me vengo arriba cuando me comparo con sus dirigentes, cuando veo a Cospedal mintiendo continuamente, cuando veo a Rajoy, que no tiene verguenza ni perdón de Dios. Todos sabían lo que estaba pasando y no hicieron nada".
Peñas da toda la credibilidad a las denuncias de El País. Ve coincidencias entre lo que pública el diario, lo que él vio y escuchó y lo que algunos dirigentes como Pío García-Escudero, actual presidente del Senado han admitido. "Estoy absolutamente seguro de que cuando se empiecen a cruzar los datos que se han publicado y los que se van a publicar con los datos que tiene ya el juez en Gürtel, todo casará".
El ex concejal cita a otras dos personas para sostener la veracidad de las ultimas informaciones. Una es Pablo Crespo, implicado de lleno en la trama Gürtel: "Todos los medios de hablan de Pablo Crespo como miembro de Gürtel y lo es, pero no lo era en 1999, la fecha en que aparece su apunte en las cuentas de Bárcenas. El apunte que aparece es de mayo de 1999. En ese momento Crespo no estaba aún en las empresas de Correa, era miembro del PP de Galicia, secretario de organización, el que lleva todas las campañas. Si te fijas en la fecha, mayo de 1999, hay elecciones autonómicas y locales en toda españa. Eso significa que se acaba la campaña y que ese dinero, 21 millones de pesetas, se lo tiene que devolver a Génova [la calle de Madrid donde el PP tiene su sede nacional]. No son 21 millones que vengan de una empresa, son 21 millones que Crespo ha recaudado allí entre los paganinis. Génova seguramente adelantó el dinero y cuando termina la campaña, Crespo se lo devuelve. Estamos ante una financiación no solo ilícta e ilegal, sin ante una autofianciación dentro del propio partido: unos adelantaban el dinero y otros lo recaudaban entre las bases y los paganinis de cada sitio", apunta Peñas.
Todo esto Peñas lo cuenta con un punto de indignación en la boca. Le indigna que a él le sacrificaran mientras se protegía a Bárcenas. "Yo intenté hablar con los dirigentes, pero no quisieron escucharme y hasta hace dos semanas Bárcenas tenía un despacho en Génova. No han querido saber nada, se han encerrado en su caparazón y al cabo de tres o cuatro años viene el golpe de verdad como ha venido con los 22 millones en Suiza. ¿Y ahora qué pasa? ¿A mi quien me pide perdón? Porque a mi se me sacrificó en la plaza pública, se me dijo de todo, usaron a sus voceros, llegó la brunete mediática y poco menos que yo maté a Manolete. Me acusaron de venderme al PSOE. A mi eso me dolió en el alma. Iba por la calle y se me insultaba, se me escupía. Fue muy duro".
Lo peor, sin embargo, ya ha pasado. Aunque Peñas no se muestra muy optimista de cara al futuro: no cree que un pacto contra la corrupción entre los partidos políticos sirva para algo y tampoco cree que la auditoría interna encargada por el PP vaya a ser útil. "Yo creo que el PP está abocado a un Congreso extraordinario en el cual volverán a luchar sin duda alguna Alberto Ruiz-Gallardón y Esperanza Aguirre. Quizá también algún otro".
En caso de celebrarse ese cónclave —algo que de momento no es más que pura especulación— Peñas cree que Aguirre tendría todas las papeletas para ser elegida: "Surgiría como un mirlo blanco, como la adalid en la lucha contra la corrupción. Diría 'Voy a levantar este partido, yo acabé con Gürtel'. Triunfaría diciendo las mismas mentiras que suele decir ella".
Aunque cree que Aguirre podría ser la salvación del PP, Peñas, que la trató y la conoce bien, no ofrece una imagen amable de ella: "Conmigo no se portó bien, pero ella es una política de raza, que tiene una cosa a su favor: siempre cae de pie. Siempre ha tenido quien le haga el trabajo sucio y ya sabemos que en los partidos el soldado tiene que caer antes de que caiga el general. Ha sido muy hábil".
Sin
embargo, Aguirre no puede regenerar a todo un país. La corrupción se
está institucionalizando en España en un momento de crisis económica.
Hacen falta soluciones, pero estas difícilmente vendrán de los partidos,
según Peñas: "Un pacto contra la corrupción no servirá de nada. La oposición del PSOE está desparecida, la verdadera oposición es que la gente que se eche a la calle".
¿Llegará esa reacción ciudadana? Peñas, ahora sí, se muestra un poco más optimista: "A la gente hay que decirle que mientras le están quitando el logopeda a su hijo, mientras están quitando las urgencias, mientras quitan una paga extra, recortan sueldos y suben suben los precios, estos señores se estaban llevando el dinero crudo. Son los que dicen que van a salvar a España, y yo creo que la gente tiene que explotar ya. Si no explotamos lo tendremos otros cuatro años".
Seis años después de su denuncia el caso ha derivado en un auténtico tsunami de corrupción que supera con mucho la propia trama encabezada por Francisco Correa . Los sobresueldos en supuesto dinero negro que durante años recibieron los dirigentes del partido, incluido el actual presidente del Gobierno, Mariano Rajoy; los 22 millones que Luis Bárcenas ocultó en Suiza, las donaciones de constructores y empresas al partido y la más que presumible financiación irregular que subyace detrás.
"Esto es muchísimo más que Gürtel. Yo denuncié lo que sabía, una parte. Pero ahora se está descubriendo todo, y el todo nos ha llevado a ver que el PP es el PP de Gürtel, un partido corrupto y trufado de corrupción desde el primer dirigente al último. Si miro a los dirigentes actuales del PP lo único que veo es Gürtel por todas partes".
Peñas, además, cuenta cómo era el proceso, sobre todo en lo tocante a las donaciones de las empresas. Pone de ejemplo una experiencia personal: "En mi declaraciónante el Tribunal Superior de Justicia de Madrid, muy al principio de la investigación, en 2009, yo conté un encontronazo que tuve con Guillermo Ortega [que fue alcalde de Majadahonda cuando Peñas era concejal] porque me dice que ha venido un fax del PP en el cual nos exigen que ayudemos a una serie de empresas que son las que a su vez ayudan al PP. Y este fax viene de la tesorería del PP justo después de una campaña. ¿Qué pasaba entonces? La gente sólo ve una parte: una empresa no da dinero porque quiere, da dinero porque luego le van a decir 'Vete a est pueblo que te van a dar esto'. Luego, el contrato es perfectamente legal pero proviene de un inicio que es ilegal".
"También dijo que había echado a Correa de Génova [la calle de Madrid donde el PP tiene su sede nacional], pero lo dejó en Valencia, lo dejo en la Comunidad de Madrid, lo dejó en los ayuntamientos, en Castilla-León. Rajoy sabía que Correa era un presunto delincuente y no le denunció", añade.
Peñas fue condenado al ostracismo por aquella denuncia. Cree que las revelaciones del diario El País vienen a demostrar que lo que él denunció "era verdad palabra por palabra". Pero no se siente feliz, ni como ciudadano ni como antiguo miembro del PP: "Para mi es un día triste, no estoy orgulloso ni contento tras confirmar que el partido al que pertenecí durante muchos años es un partido corrupto. Pero me vengo arriba cuando me comparo con sus dirigentes, cuando veo a Cospedal mintiendo continuamente, cuando veo a Rajoy, que no tiene verguenza ni perdón de Dios. Todos sabían lo que estaba pasando y no hicieron nada".
Peñas da toda la credibilidad a las denuncias de El País. Ve coincidencias entre lo que pública el diario, lo que él vio y escuchó y lo que algunos dirigentes como Pío García-Escudero, actual presidente del Senado han admitido. "Estoy absolutamente seguro de que cuando se empiecen a cruzar los datos que se han publicado y los que se van a publicar con los datos que tiene ya el juez en Gürtel, todo casará".
El ex concejal cita a otras dos personas para sostener la veracidad de las ultimas informaciones. Una es Pablo Crespo, implicado de lleno en la trama Gürtel: "Todos los medios de hablan de Pablo Crespo como miembro de Gürtel y lo es, pero no lo era en 1999, la fecha en que aparece su apunte en las cuentas de Bárcenas. El apunte que aparece es de mayo de 1999. En ese momento Crespo no estaba aún en las empresas de Correa, era miembro del PP de Galicia, secretario de organización, el que lleva todas las campañas. Si te fijas en la fecha, mayo de 1999, hay elecciones autonómicas y locales en toda españa. Eso significa que se acaba la campaña y que ese dinero, 21 millones de pesetas, se lo tiene que devolver a Génova [la calle de Madrid donde el PP tiene su sede nacional]. No son 21 millones que vengan de una empresa, son 21 millones que Crespo ha recaudado allí entre los paganinis. Génova seguramente adelantó el dinero y cuando termina la campaña, Crespo se lo devuelve. Estamos ante una financiación no solo ilícta e ilegal, sin ante una autofianciación dentro del propio partido: unos adelantaban el dinero y otros lo recaudaban entre las bases y los paganinis de cada sitio", apunta Peñas.
"Una empresa no da dinero porque quiere, da dinero porque luego le van a decir 'Vete a este pueblo que te van a dar esto'
El
segundo en discordia es Pío García-Escudero, actual presidente del
Senado, quien aparece en los papeles de Bárcenas como receptor de un
prestámo de cinco millones de pesetas (30.000 euros) en 2000. No lo ha
negado. "A García-Escudero le voy a llamar el devolvedor.
Dice que el partido le prestó un dinero que luego devolvió. También
recibió un reloj de Correa que según él también devolvió, pero eso ya
es un auto de fe: que el reloj de Correa le llegó lo sabemos todos, que
lo devolvió lo tenemos que creer", apunta Peñas.Todo esto Peñas lo cuenta con un punto de indignación en la boca. Le indigna que a él le sacrificaran mientras se protegía a Bárcenas. "Yo intenté hablar con los dirigentes, pero no quisieron escucharme y hasta hace dos semanas Bárcenas tenía un despacho en Génova. No han querido saber nada, se han encerrado en su caparazón y al cabo de tres o cuatro años viene el golpe de verdad como ha venido con los 22 millones en Suiza. ¿Y ahora qué pasa? ¿A mi quien me pide perdón? Porque a mi se me sacrificó en la plaza pública, se me dijo de todo, usaron a sus voceros, llegó la brunete mediática y poco menos que yo maté a Manolete. Me acusaron de venderme al PSOE. A mi eso me dolió en el alma. Iba por la calle y se me insultaba, se me escupía. Fue muy duro".
Lo peor, sin embargo, ya ha pasado. Aunque Peñas no se muestra muy optimista de cara al futuro: no cree que un pacto contra la corrupción entre los partidos políticos sirva para algo y tampoco cree que la auditoría interna encargada por el PP vaya a ser útil. "Yo creo que el PP está abocado a un Congreso extraordinario en el cual volverán a luchar sin duda alguna Alberto Ruiz-Gallardón y Esperanza Aguirre. Quizá también algún otro".
En caso de celebrarse ese cónclave —algo que de momento no es más que pura especulación— Peñas cree que Aguirre tendría todas las papeletas para ser elegida: "Surgiría como un mirlo blanco, como la adalid en la lucha contra la corrupción. Diría 'Voy a levantar este partido, yo acabé con Gürtel'. Triunfaría diciendo las mismas mentiras que suele decir ella".
Aunque cree que Aguirre podría ser la salvación del PP, Peñas, que la trató y la conoce bien, no ofrece una imagen amable de ella: "Conmigo no se portó bien, pero ella es una política de raza, que tiene una cosa a su favor: siempre cae de pie. Siempre ha tenido quien le haga el trabajo sucio y ya sabemos que en los partidos el soldado tiene que caer antes de que caiga el general. Ha sido muy hábil".
¿Llegará esa reacción ciudadana? Peñas, ahora sí, se muestra un poco más optimista: "A la gente hay que decirle que mientras le están quitando el logopeda a su hijo, mientras están quitando las urgencias, mientras quitan una paga extra, recortan sueldos y suben suben los precios, estos señores se estaban llevando el dinero crudo. Son los que dicen que van a salvar a España, y yo creo que la gente tiene que explotar ya. Si no explotamos lo tendremos otros cuatro años".
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