Anguita llama a los ciudadanos a erigirse en contrapoder
El exc oordinador de IU anima a la resistencia pacífica y pone a Gandhi como ejemplo
Advierte que ha llegado el momento de "dejar los símbolos en las sedes y renunciar a ponerlos por delante"
Advierte que ha llegado el momento de "dejar los símbolos en las sedes y renunciar a ponerlos por delante"
Julio Anguita y Mariano Rajoy tienen poco en común
pero están de acuerdo en que la mayoría ciudadana es silenciosa y se
queda en casa. Para cambiarlo, el ex coordinador de Izquierda Unida
impulsa el Frente Cívico, un proyecto político que no quiere convertirse
en partido sino en “contrapoder”.
El objetivo es que el Gobierno acabe
gobernando para los ciudadanos y no ejerza de “capataz de la finca para
la banca”. A corto plazo, el plan es empezar por buscar los puntos en
común con todo tipo de colectivos. El viejo comunista avisa de que para
lograr tejer una red y ponerse de acuerdo, habrá que renunciar a siglas y
símbolos y “dejarlos en las sedes”.
El salón de
columnas del Círculo de Bellas Artes se quedó muy pequeño. Los que
fueron a escuchar a Anguita, Juan Carlos Monedero y Víctor Ríos se
apretaron dentro de la sala o se conformaron con estirar el cuello desde
el vestíbulo. Prometió que iba a dejarse de declamaciones y grandes
discursos. No acabó de lograrlo. Anguita propone hablar “de los precios
del tomate y la lechuga” con el mismo tono solemne con el que se refiere
a la nacionalización de los sectores estratégicos, pero se le vieron
algunos gestos de autocrítica.
Reclamó no hablar de “mayoría de izquierdas” ni entrar al trapo con las
definiciones. Los que no tengan paciencia para trabajar en persuadir a
los ciudadanos, “que se vayan a hacer grandes discursos”.
Hasta hizo
reír a la concurrencia cuando repitió su famoso “programa, programa”.
La diferencia es que ahora propone negociarlo y empezar por las
“medidas pequeñitas” que la mayoría social pueda compartir. Las primeras
son exigir un salario y una pensión mínima de 1.000 euros. “¿Quién va a
decir que no a eso?”, preguntó. Una segunda reforma fiscal es la
deducción lógica y la tercera de sus propuestas.
Para
convencer a la gente, habrá que explicárselo bien. Anguita mandó
“tirar de pizarra y tiza, o de lo que haya ahora” para explicar bien a
los ciudadanos que la Ley Electoral perjudica a formaciones como IU. Su
pedagogía se resume en que “la gente no sabe que sabe y hay que ayudar a
que sepa que sabe”.
El tono con el que habrá que explicar las ideas
tendrá que ser tranquilo y el modelo de conducta, Gandhi. “No me gusta
la gente que chilla”, advirtió.
Anguita también rechazó la expresión “clase política” y reclamó que es
injusto decir que todos son iguales. Él no lo es, dijo, y conoce a
muchos que tampoco lo son, tanto en las filas de la derecha como en la
izquierda. Cuando oye esa afirmación, advierte al que la pronuncia que
muchas veces no es más que “una coartada para justificarse” y acabar
pidiendo una factura sin IVA.
Juan Carlos Monedero y
Víctor Ríos explicaron que el plazo para celebrar una asamblea
constituyente estatal del Frente Cívico es mayo o junio y que les
gustaría hacerlo coincidir con la fecha mágica del 15M. Monedero cargó
contra “la tutela de la monarquía”, la sacralización de la Transición y
las “mafias territoriales”. También recibieron “la parte de la
izquierda que hace que su referente, Felipe González, trabaje para
Carlos Slim”, la Fundación Ideas y la puerta giratoria “que los votantes
socialistas llevan con mucho dolor”. Monedero destacó que la “España
leal” son los ciudadanos “frente a los que se llenan la boca de España
pero tienen sus cuentas en un paraíso fiscal”.
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