Dime dónde legislas y te diré cómo cobras
Clara Pinar
En seis de los 17 parlamentos regionales pagan a parte de sus
diputados solo con dietas, una modalidad dentro de una diversidad que
incluye también sueldos e “indemnizaciones”, diputados con dedicación
exclusiva, “sin dedicación” o “liberados”.
Los diputados de las Cortes de Castilla-La Mancha estrenarán el
año que viene un nuevo sistema de retribución que eliminará totalmente
los sueldos y los sustituirá por dietas, un modelo que ya existe en
Navarra y que convive con el sueldo en seis de los parlamentos
autonómicos, donde hay toda una colección de modalidades a través de las
cuales sus señorías reciben un pago por sus trabajos en las cámaras. En
el entramado parlamentario autonómico encontramos desde las cortes más
estrictas y unitarias, que exigen dedicación exclusiva, al menos para
cobrar un sueldo que es igual para todos, hasta asambleas donde los
diputados pueden acogerse a hasta tres modalidades para percibir sus
emolumentos. En general, eso sí, todos los sistemas están regados por
todo un universo de dietas por reuniones dentro y fuera de la cámara,
desplazamientos, pernoctas y gastos varios.
El Gobierno que preside María Dolores de Cospedal espera ahorrar un millón de euros anuales -de un presupuesto actual de nueve millones- con la eliminación de los sueldos de los diputados, que pasarán a percibir una dieta por asistencia a reuniones parlamentarias y que cambiarán por un sueldo actual que oscila entre 50.000 y 57.000 euros brutos anuales, dependiendo de la función y responsabilidades en la cámara.
Las Cortes de Castilla-La Mancha se alinearán con el Parlamento de Navarra, el único en el que ninguno de sus 50 diputados cobra un sueldo, solo dietas que varían desde los 136,16 euros diarios para los residentes en Pamplona a los 161 para quienes tienen que desplazarse 25 kilómetros o más. Para compensar la ausencia de una cantidad fija en el bolsillo de sus señorías, los grupos perciben una asignación mensual fija de 8.341 euros, a la que se suma otra de 1.152 euros por cada uno de sus diputados.
En el otro extremo se sitúan los parlamentos de Euskadi y Andalucía. En la Cámara de Vitoria los diputados deben tener dedicación exclusiva en su actividad parlamentaria y cobran desde los 68.567 euros brutos anuales de un diputado raso a los 94.834,60 del presidente. En el Parlamento de Andalucía, los diputados tienen estipulado un sueldo que oscila, con cálculo de 12 pagas, entre 37.359 y 58.896 euros brutos al año, pero que solo cobrarán aquellos que no tengan ninguna otra actividad laboral -ni en el ámbito público ni en el privado-.
Los diputados de la Asamblea de Ceuta cobran todos lo mismo, 15.600 brutos anuales, un sueldo que perciben también los diputados que, al mismo tiempo, son miembros del Gobierno de la ciudad autónoma. Lo suman a los 20.400 euros anuales que cobran por ello, saltándose la norma de no cobrar dos sueldos públicos simultáneamente.
De momento, son mayoría los parlamentos regionales que mantienen un sueldo para sus diputados y emplean las dietas para gastos como el desplazamiento o la manutención. En todo caso, ya son 6 de 17 los que prefieren pagar a algunos de sus diputados solo a base de dietas. Sea esto efecto o consecuencia de que los políticos tengan otra profesión, lo que también sale aquí a relucir es la cuestión de los conflictos de intereses en quien al mismo tiempo es diputado y empresario o abogado. Paradójicamente, nadie en ningún parlamento autonómico recordó ningún caso, y la valoración general es que estas incompatibilidades se han resuelto siempre fácilmente y normalmente a petición del propio interesado.
Diputado, alcalde y ganadero.
Para muestra, un botón: en las Cortes de Aragón los únicos casos de incompatibilidades que se recuerdan son las renuncias de los diputados a sus actas para ocupar otro cargo público y no se ve como problema que sus señorías desempeñen otras actividades. Es más, se ve como positivo que formen parte de comisiones parlamentarias relacionadas con su sector de actividad, para aprovechar su conocimiento sobre la materia. José Ramón Ibáñez es diputado del PSOE, también alcalde de Calanda (Teruel), ganadero y miembro de la Comisión de Agricultura de las Cortes. Según explica, hace tiempo que decidió alquilar su explotación de conejos, de la que sigue siendo propietario, a pesar de lo cual no ve problema en participar de discusiones que muchas veces alcanzan de pleno a la ganadería, su sector. En el plano institucional, sin embargo, sí cuenta con que tendrá que inhibirse y no votar en temas que tengan que ver con los intereses del pueblo del que es alcalde.
Vuelve el eterno debate de si los políticos deben dedicarse exclusivamente a la política y estar convenientemente pagados para que la corrupción no les tiente o, por el contrario, la política tiene que ser una actividad temporal y los políticos deben tener otro medio de vida.
Uno de los primeros en plantear la cuestión fue Platón en La República, donde apostaba por la primera fórmula. Pero, filosofía aparte, un repaso a lo que ocurre en los 17 parlamentos autonómicos refleja que ocurre más bien lo contrario, que a día de hoy en la mayoría de las cámaras regionales existe la figura del diputado a tiempo parcial. La forma en la que perciben su salario varía desde un único sueldo igual para todos, participen más o menos en los trabajos parlamentarios, a sueldos fijos pero distintos en función de su dedicación o en la distinción entre los diputados que cobran un sueldo y quienes perciben solo dietas.
Diferencias de sueldos.
Cerca del modelo de Navarra y del que se implantará en Castilla-La Mancha, en La Rioja y en Castilla y León la mayoría de los diputados no tienen dedicación exclusiva. Solo uno de los 33 diputados riojanos, el presidente, cobra un sueldo. El resto, dietas de asistencia. En Castilla y León, de 84 procuradores solo 18 tienen un sueldo: el presidente -68.981 euros brutos al año-, los miembros de la Mesa y los portavoces y portavoces adjuntos de los grupos -72.886 euros- y otros cinco diputados a los que a final de la legislatura también se incluyó en la categoría del personal con dedicación plena, y de los que en la actualidad solo quedan tres, con un sueldo de 55.676 euros. Sobre la “paradoja” de que los portavoces cobren más que el presidente, fuentes de las Cortes explican que ocurre como en el Gobierno de la Junta, donde el presidente tiene el sueldo equiparado a un secretario de Estado y los consejeros -en este caso los portavoces y miembros de la Mesa-, con el de un ministro. El resto de procuradores percibe dietas de 180 euros por asistencia y día.
Por norma general, que un diputado tenga dedicación parcial o total depende del puesto que ocupa en la cámara y, por tanto, no es de libre elección. Excepto en la Asamblea Regional de Murcia, donde sus señorías pueden elegir si quieren acogerse a un régimen o a otro. De sus 45 diputados, en la actualidad solo cinco de ellos han preferido cobrar unas dietas que, entre asistencia y manutención, alcanzan los 189 euros diarios. El resto cobra un sueldo de 51.870 euros anuales. Igualmente, 49 de los 65 diputados de la Asamblea de Extremadura son “liberados”, es decir, trabajan a tiempo completo y cobran alrededor de los 66.416 euros anuales, según un dato de 2009. Los 16 restantes cobran dietas diarias de entre 140 y 161 euros.
También tienen este sistema dual, aunque aderezado con dietas por diversos conceptos, en el Parlamento de Canarias, donde el sueldo va desde casi 46.000 euros de un diputado raso a casi 72.000 del presidente. Quienes optan por cobrar dietas pueden embolsarse más de 300 euros al día por asistir a reuniones y por los gastos ocasionados, que se complementan con distintas cantidades dependiendo de la isla de la que sea el diputado.
En Cantabria pueden cobrar hasta de tres maneras distintas, aunque aquí tampoco faltan dietas en el caso de los diputados con dedicación exclusiva. Estos últimos cobran 31.796 euros brutos anuales y quienes tienen dedicación parcial perciben 18.180 euros. La tercera modalidad es la de los que solo cobran a base de dietas, que reúnen una cantidad total anual de 6.797 euros.
En Baleares el diputado con dedicación plena percibe entre 53.304 y 74.130 euros brutos anuales según su función. Quienes compaginan el parlamento con otras actividades cobran según un sistema doble de dietas. Por una parte, perciben una cantidad anual de 18.374 euros, que se obtiene de ponderar las distintas cantidades al mes en función de la actividad parlamentaria a lo largo del año -que, por ejemplo, se corresponde con cero euros en el mes de agosto-, a lo que se suman otras dietas, por asistencia y gastos, de más de 300 euros en total.
También hay un sueldo fijo para todos por igual en Aragón -de entre 42.000 y 91.000 euros brutos anuales-. La diferencia es que, como es la tónica de las cámaras regionales, tampoco se pide dedicación exclusiva. El sueldo de los 135 miembros del Parlamento catalán oscila entre 37.327 euros brutos anuales y los 120.715 euros que cobra el presidente.
Los 45 diputados de la Junta General del Principado de Asturias también se dividen entre quienes dedican todo su tiempo a la actividad parlamentaria y quienes no. Los primeros cobran entre 47.064 y 62.211 euros brutos anuales y los segundos -denominados administrativamente diputados “sin dedicación”-, entre 23.183 y 41.012. El Parlamento de Galicia paga un sueldo de entre 23.315 y 77.348 euros en doce pagas y distingue entre diputados a tiempo completo y parcial, de forma que estos últimos no reciben indemnización. En las Cortes valencianas hay un sueldo base para todos los diputados -28.326 euros al año-, que los que tienen dedicación exclusiva completan con otros 10.590 euros anuales, además de las dietas que reciben todos. El de la Asamblea de Madrid es un sistema similar, los diputados que trabajan también fuera cobran menos que los que no. La diferencia, en un sueldo base, consiste en cobrar 49.042 o 17.094 euros.
Habitantes por diputado.
Como ya hiciera antes la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, Cospedal también planteó reducir a la mitad el número de diputados en Castilla-La Mancha. En términos autonómicos, el ratio diputado/habitantes varía desde La Rioja, donde hay un diputado por cada 9.786 habitantes, o Cantabria -uno por cada 15.208- a Andalucía -uno por cada 77.285 ciudadanos–, Cataluña -uno por cada 55.849- o Madrid -uno por cada 50.307-.
No hay una opinión común en el PP sobre si sus sueldos son muy elevados o si hay demasiados políticos por habitante. Para el partido todas las medidas de austeridad son bienvenidas, pero también hay quien critica que a Cospedal ya solo le queda renunciar a la autonomía de Castilla-La Mancha, también para ahorrar. Tampoco en el PSOE, donde lo mismo se la acusa de facilitar que el sector privado se convierta en legislador que se respalda la idea de pagar a los diputados solo por la asistencia porque “así te aseguras de que acuden a los plenos y las comisiones, si no, no cobran”, en palabras del expresidente de Extremadura Juan Carlos Rodríguez Ibarra.
Quizá convendría mirar, también en esto, hacia Alemania, donde cada una de sus 16 regiones federales tiene su propio parlamento. En uno de ellos, el de Baden-Wurtemberg, 60 diputados -uno por cada 178.638 habitantes- discutían recientemente la compra de deuda española por parte del Banco Central Europeo dentro de una actividad parlamentaria por la que cobran una “indemnización” de 90.675 euros brutos al año
El Gobierno que preside María Dolores de Cospedal espera ahorrar un millón de euros anuales -de un presupuesto actual de nueve millones- con la eliminación de los sueldos de los diputados, que pasarán a percibir una dieta por asistencia a reuniones parlamentarias y que cambiarán por un sueldo actual que oscila entre 50.000 y 57.000 euros brutos anuales, dependiendo de la función y responsabilidades en la cámara.
Las Cortes de Castilla-La Mancha se alinearán con el Parlamento de Navarra, el único en el que ninguno de sus 50 diputados cobra un sueldo, solo dietas que varían desde los 136,16 euros diarios para los residentes en Pamplona a los 161 para quienes tienen que desplazarse 25 kilómetros o más. Para compensar la ausencia de una cantidad fija en el bolsillo de sus señorías, los grupos perciben una asignación mensual fija de 8.341 euros, a la que se suma otra de 1.152 euros por cada uno de sus diputados.
En el otro extremo se sitúan los parlamentos de Euskadi y Andalucía. En la Cámara de Vitoria los diputados deben tener dedicación exclusiva en su actividad parlamentaria y cobran desde los 68.567 euros brutos anuales de un diputado raso a los 94.834,60 del presidente. En el Parlamento de Andalucía, los diputados tienen estipulado un sueldo que oscila, con cálculo de 12 pagas, entre 37.359 y 58.896 euros brutos al año, pero que solo cobrarán aquellos que no tengan ninguna otra actividad laboral -ni en el ámbito público ni en el privado-.
Los diputados de la Asamblea de Ceuta cobran todos lo mismo, 15.600 brutos anuales, un sueldo que perciben también los diputados que, al mismo tiempo, son miembros del Gobierno de la ciudad autónoma. Lo suman a los 20.400 euros anuales que cobran por ello, saltándose la norma de no cobrar dos sueldos públicos simultáneamente.
De momento, son mayoría los parlamentos regionales que mantienen un sueldo para sus diputados y emplean las dietas para gastos como el desplazamiento o la manutención. En todo caso, ya son 6 de 17 los que prefieren pagar a algunos de sus diputados solo a base de dietas. Sea esto efecto o consecuencia de que los políticos tengan otra profesión, lo que también sale aquí a relucir es la cuestión de los conflictos de intereses en quien al mismo tiempo es diputado y empresario o abogado. Paradójicamente, nadie en ningún parlamento autonómico recordó ningún caso, y la valoración general es que estas incompatibilidades se han resuelto siempre fácilmente y normalmente a petición del propio interesado.
Diputado, alcalde y ganadero.
Para muestra, un botón: en las Cortes de Aragón los únicos casos de incompatibilidades que se recuerdan son las renuncias de los diputados a sus actas para ocupar otro cargo público y no se ve como problema que sus señorías desempeñen otras actividades. Es más, se ve como positivo que formen parte de comisiones parlamentarias relacionadas con su sector de actividad, para aprovechar su conocimiento sobre la materia. José Ramón Ibáñez es diputado del PSOE, también alcalde de Calanda (Teruel), ganadero y miembro de la Comisión de Agricultura de las Cortes. Según explica, hace tiempo que decidió alquilar su explotación de conejos, de la que sigue siendo propietario, a pesar de lo cual no ve problema en participar de discusiones que muchas veces alcanzan de pleno a la ganadería, su sector. En el plano institucional, sin embargo, sí cuenta con que tendrá que inhibirse y no votar en temas que tengan que ver con los intereses del pueblo del que es alcalde.
Vuelve el eterno debate de si los políticos deben dedicarse exclusivamente a la política y estar convenientemente pagados para que la corrupción no les tiente o, por el contrario, la política tiene que ser una actividad temporal y los políticos deben tener otro medio de vida.
Uno de los primeros en plantear la cuestión fue Platón en La República, donde apostaba por la primera fórmula. Pero, filosofía aparte, un repaso a lo que ocurre en los 17 parlamentos autonómicos refleja que ocurre más bien lo contrario, que a día de hoy en la mayoría de las cámaras regionales existe la figura del diputado a tiempo parcial. La forma en la que perciben su salario varía desde un único sueldo igual para todos, participen más o menos en los trabajos parlamentarios, a sueldos fijos pero distintos en función de su dedicación o en la distinción entre los diputados que cobran un sueldo y quienes perciben solo dietas.
Diferencias de sueldos.
Cerca del modelo de Navarra y del que se implantará en Castilla-La Mancha, en La Rioja y en Castilla y León la mayoría de los diputados no tienen dedicación exclusiva. Solo uno de los 33 diputados riojanos, el presidente, cobra un sueldo. El resto, dietas de asistencia. En Castilla y León, de 84 procuradores solo 18 tienen un sueldo: el presidente -68.981 euros brutos al año-, los miembros de la Mesa y los portavoces y portavoces adjuntos de los grupos -72.886 euros- y otros cinco diputados a los que a final de la legislatura también se incluyó en la categoría del personal con dedicación plena, y de los que en la actualidad solo quedan tres, con un sueldo de 55.676 euros. Sobre la “paradoja” de que los portavoces cobren más que el presidente, fuentes de las Cortes explican que ocurre como en el Gobierno de la Junta, donde el presidente tiene el sueldo equiparado a un secretario de Estado y los consejeros -en este caso los portavoces y miembros de la Mesa-, con el de un ministro. El resto de procuradores percibe dietas de 180 euros por asistencia y día.
Por norma general, que un diputado tenga dedicación parcial o total depende del puesto que ocupa en la cámara y, por tanto, no es de libre elección. Excepto en la Asamblea Regional de Murcia, donde sus señorías pueden elegir si quieren acogerse a un régimen o a otro. De sus 45 diputados, en la actualidad solo cinco de ellos han preferido cobrar unas dietas que, entre asistencia y manutención, alcanzan los 189 euros diarios. El resto cobra un sueldo de 51.870 euros anuales. Igualmente, 49 de los 65 diputados de la Asamblea de Extremadura son “liberados”, es decir, trabajan a tiempo completo y cobran alrededor de los 66.416 euros anuales, según un dato de 2009. Los 16 restantes cobran dietas diarias de entre 140 y 161 euros.
También tienen este sistema dual, aunque aderezado con dietas por diversos conceptos, en el Parlamento de Canarias, donde el sueldo va desde casi 46.000 euros de un diputado raso a casi 72.000 del presidente. Quienes optan por cobrar dietas pueden embolsarse más de 300 euros al día por asistir a reuniones y por los gastos ocasionados, que se complementan con distintas cantidades dependiendo de la isla de la que sea el diputado.
En Cantabria pueden cobrar hasta de tres maneras distintas, aunque aquí tampoco faltan dietas en el caso de los diputados con dedicación exclusiva. Estos últimos cobran 31.796 euros brutos anuales y quienes tienen dedicación parcial perciben 18.180 euros. La tercera modalidad es la de los que solo cobran a base de dietas, que reúnen una cantidad total anual de 6.797 euros.
En Baleares el diputado con dedicación plena percibe entre 53.304 y 74.130 euros brutos anuales según su función. Quienes compaginan el parlamento con otras actividades cobran según un sistema doble de dietas. Por una parte, perciben una cantidad anual de 18.374 euros, que se obtiene de ponderar las distintas cantidades al mes en función de la actividad parlamentaria a lo largo del año -que, por ejemplo, se corresponde con cero euros en el mes de agosto-, a lo que se suman otras dietas, por asistencia y gastos, de más de 300 euros en total.
También hay un sueldo fijo para todos por igual en Aragón -de entre 42.000 y 91.000 euros brutos anuales-. La diferencia es que, como es la tónica de las cámaras regionales, tampoco se pide dedicación exclusiva. El sueldo de los 135 miembros del Parlamento catalán oscila entre 37.327 euros brutos anuales y los 120.715 euros que cobra el presidente.
Los 45 diputados de la Junta General del Principado de Asturias también se dividen entre quienes dedican todo su tiempo a la actividad parlamentaria y quienes no. Los primeros cobran entre 47.064 y 62.211 euros brutos anuales y los segundos -denominados administrativamente diputados “sin dedicación”-, entre 23.183 y 41.012. El Parlamento de Galicia paga un sueldo de entre 23.315 y 77.348 euros en doce pagas y distingue entre diputados a tiempo completo y parcial, de forma que estos últimos no reciben indemnización. En las Cortes valencianas hay un sueldo base para todos los diputados -28.326 euros al año-, que los que tienen dedicación exclusiva completan con otros 10.590 euros anuales, además de las dietas que reciben todos. El de la Asamblea de Madrid es un sistema similar, los diputados que trabajan también fuera cobran menos que los que no. La diferencia, en un sueldo base, consiste en cobrar 49.042 o 17.094 euros.
Habitantes por diputado.
Como ya hiciera antes la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, Cospedal también planteó reducir a la mitad el número de diputados en Castilla-La Mancha. En términos autonómicos, el ratio diputado/habitantes varía desde La Rioja, donde hay un diputado por cada 9.786 habitantes, o Cantabria -uno por cada 15.208- a Andalucía -uno por cada 77.285 ciudadanos–, Cataluña -uno por cada 55.849- o Madrid -uno por cada 50.307-.
No hay una opinión común en el PP sobre si sus sueldos son muy elevados o si hay demasiados políticos por habitante. Para el partido todas las medidas de austeridad son bienvenidas, pero también hay quien critica que a Cospedal ya solo le queda renunciar a la autonomía de Castilla-La Mancha, también para ahorrar. Tampoco en el PSOE, donde lo mismo se la acusa de facilitar que el sector privado se convierta en legislador que se respalda la idea de pagar a los diputados solo por la asistencia porque “así te aseguras de que acuden a los plenos y las comisiones, si no, no cobran”, en palabras del expresidente de Extremadura Juan Carlos Rodríguez Ibarra.
Quizá convendría mirar, también en esto, hacia Alemania, donde cada una de sus 16 regiones federales tiene su propio parlamento. En uno de ellos, el de Baden-Wurtemberg, 60 diputados -uno por cada 178.638 habitantes- discutían recientemente la compra de deuda española por parte del Banco Central Europeo dentro de una actividad parlamentaria por la que cobran una “indemnización” de 90.675 euros brutos al año
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