Consumo: graves signos de alerta
Tenía que llegar. El “libre mercado” -reducido a la libertad de que unos cuantos logren desmesurados beneficios sin mayores miramientos- ha llegado al consumo. El escándalo de la carne de caballo camuflada como de vacuno crece. Son ya varios los países afectados. La investigación francesa sitúa el origen en Rumania tras pasar por comerciantes en Chipre y Holanda antes de ser adquirida por una empresa del sur de Francia y elaborada por otra en Luxemburgo. Caballos viajeros. Pero no debe ser único el origen dado que también se han encontrado trazas en hamburguesas o lasañas españolas. Si la crianza de los caballos es mucho más costosa que la de las vacas o bueyes ¿qué ejemplares han embutido en nuestros alimentos?Quizás guarde alguna relación con este otro fraude que investiga el SEPRONA: la utilización de perros enfermos e incluso ya muertos para la elaboración de pienso. En concreto, el Servicio de Protección de la Naturaleza sospecha del posible uso de restos de perros y ovejas en varias plantas clandestinas de Galicia y una empresa de transformación de productos cárnicos de Salamanca. Dicen que seguirán indagando conforme lleguen más peticiones. Expertos alertan desde luego del “riesgo que supondría “para toda la cadena alimentaria”, equiparable, de confirmarse, a la crisis de las ‘vacas locas’, según declara a El Mundo la responsable de la unidad especializada de biología molecular de Anfaco,
Y no acaba ahí. La Comisión Europea ha autorizado, a partir de Junio, el uso de pienso que contengan proteínas de pollo y cerdo para alimentar en este caso a los peces. Cuando lo comenté en las Redes Sociales me dijeron que es una medida muy positiva y largamente esperada porque abarata costes. Los peces engordan el doble en la mitad de tiempo y los empresarios dicen que no tiene riesgo alguno para la salud. La UE ha pensado lo mismo. Pero ¿qué queréis que os diga? yo prefiero elaborarme mi propio menú a que me venga completo en un lenguado por ejemplo. Pescado, pollo y cerdo, todo en un bocado.
Caballos de muy dudosa procedencia para que resulten más baratos que la cría de ganado vacuno. Cadáveres de perros para piensos que no sabemos a quiénes van dirigidos. Y hasta, de nuevo, para “productos cárnicos”. Esto en “sospecha”. Y finalmente mezcla artificial de pescado, pollo y cerdo. ¿Seguro que esto es sano? ¿Seguro que todo vale para ganar dinero? ¿Seguro que estas autoridades tan entusiastas del libre mercado velan por nuestros intereses? Ofrece esta gente tanta confianza que igual no podemos ni comer tranquilos. Y lo que no sabremos.
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