Honorables PP, PSOE, CIU y cía
Carlos Paredes
Hace poco, el Partido Popular, por boca de su dirigente, Mariano Rajoy, anunciaba que no le temblaría la mano.
Bien es cierto que al señor presidente del Gobierno no le ha temblado la mano en los recortes ni en la amnistía fiscal. Tampoco en aumentar la presión tributaria sobre las clases medias, ni en la reforma laboral que deja la mayor tasa de desempleo desde que existen registros.
Al parecer, y según la asociación Democracia Real Ya, tampoco le tiembla la mano a la hora de cobrar los 870,56 euros que percibe en concepto de dietas pese a haber sido elegido por Madrid, según la querella presentada por el abogado Miguel Ángel Jiménez el pasado 4 de enero, contra 63 diputados de diferentes partidos (PP, PSOE, CIU, CC) que cobran dicho complemento pese a tener bienes inmuebles en la capital. “¿Cómo alguien puede querer cobrar una dieta por alojamiento cuando vive en el mismo Palacio de La Moncloa y encima está mantenido por la totalidad de los españoles? Esa es la cuestión”, explicaba a los medios el señor Jiménez.
Las dietas cobradas pese a disponer de vivienda habitual en Madrid son de 1.823,36 euros al mes, en concepto de ayuda para el alojamiento, que se suman al sueldo correspondiente al cargo, cuando se trata de diputados elegidos por circunscripciones diferentes a Madrid, según la querella de la asociación.
Entre los querellados, además de Rajoy, hay varios ministros, como Fátima Báñez (Empleo, elegida por Huelva), Jorge Fernández Díaz (Interior), Cristóbal Montoro (Hacienda, elegido por Sevilla) o Ana Pastor (Fomento), junto a exministros socialistas como José Blanco o Jesús Caldera.
Además, Sánchez Camacho anunciaba en la radio la intención del Partido Popular de querellarse contra el diario El Mundo, a raíz de la polémica aparecida en sus páginas sobre el presunto cobro de sobresueldos y sobres con dinero en negro, por parte de los dirigentes del PP, así como la intención del PP de querellarse contra todos aquellos que alimenten especulaciones que afecten a su honorabilidad.
En realidad, nadie mejor que los propios dirigentes y ex dirigentes del Partido Popular (donde a buen seguro hay gente muy honrada) para poner en duda la honorabilidad del partido.
El caso del señor Bárcenas, defendido por muchos de los actuales dirigentes, y sus 22 millones de Euros (que se sepa) en Suiza, los casos de corrupción valenciana o mallorquina, los escándalos financieros de distintas cajas de ahorros dirigidas por personas tan honorables y con una trayectoria profesional tan intachable como Rodrigo Rato o los ex ministros populares con sueldos de vértigo en empresas privatizadas durante sus propios mandatos nos dan una idea aproximada de la honorabilidad a que se debe referir la señora Sánchez Camacho y que, desde luego, nadie pone en duda.
También hay casos de extrema honorabilidad en otros partidos, como el PSOE, con los ERE andaluces, con sus ex ministros y ex presidentes del Gobierno cobrando de grandes empresas privatizadas, o los escandalosos honores de CiU pactando el cierre de casos de corrupción política años después de haberse producido los hechos.
Claro que, de momento, el resto de partidos (honorables todos ellos) no ha demostrado su honorabilidad amenazando con demandar a quien la cuestione; sin lugar a dudas, una cuestión de honores.
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