Rajoy, en caída libre en un momento crítico. El PSOE a más de 6 puntos aún
Fernando
Garea - Madrid .- La situación de Mariano Rajoy es paradójica: es el
presidente del Gobierno con mayor poder real de la historia constitucional y,
al tiempo, es el que tiene menos apoyo popular y más baja estimación de voto de
todos, a solo un año de su llegada a La Moncloa. En esta situación debe
afrontar el 2013 que arranca con los retos más enormes a los que ha tenido que
hacer frente un jefe del Ejecutivo en España: la crisis económica y el desafío
soberanista de Cataluña, combinados con notables crisis institucionales y
políticas.
Según el sondeo de Metroscopia para EL PAÍS,
la imagen de Rajoy cae en picado y la estimación de voto del PP se desploma
hasta el 29,8% de los votos. Con ese dato nunca ningún partido ha ganado unas
elecciones generales en España. Incluso, un partido perdedor no tiene ese
resultado desde 1989, cuando el centro derecha se llamaba Alianza Popular (AP),
su líder era Manuel Fraga, su voto era del 25% y el PSOE de Felipe González
gobernaba con mayoría absoluta holgada desde siete años antes. La estimación de
voto del PP ha bajado 15 puntos en solo un año en el Gobierno y su desgaste le
lleva a estar diez puntos por debajo de su resultado de 2008, cuando perdió por
segunda vez frente al PSOE de José Luis Rodríguez Zapatero.
La
debilidad de Rajoy es la de su pérdida acelerada de respaldo ciudadano, con la
fidelidad de voto del PP más baja de hace más de diez años, que le lleva a que
solo un 45% de sus votantes esté dispuesto a repetir en este momento. Su
debilidad es también su pésima valoración entre los españoles, ganada con
esmero en solo 12 meses. Rajoy nunca fue un político carismático o
especialmente bien valorado por los ciudadanos, pero ahora es el presidente más
rechazado y a un 84% de los encuestados no le inspira confianza. Ni siquiera a
él parece importarle cuando admite abiertamente que ha incumplido su programa y
sus compromisos.
Cuenta
José María Aznar en sus memorias que, tras descartarse Rodrigo Rato, optó por
Rajoy como sucesor por su habilidad para manejar y negociar a los
nacionalistas. La realidad del desafío de Artur Mas en Cataluña pone a prueba
ahora esta supuesta virtud del presidente, una vez derrumbada la etiqueta de
previsible que él mismo se atribuía.
En
esa pérdida de respaldo, está acompañado por sus ministros, porque ninguno
aprueba y todos siguen cayendo. El rechazo afecta a los ministros clave, porque
el peor valorado es José Ignacio Wert, encargado de la ambiciosa reforma
educativa que requiere de fortaleza política y apoyo social; le sigue Fátima
Báñez, responsable de las políticas de Empleo que han de paliar las terribles
cifras de paro; a continuación está Alberto Ruiz-Gallardón, el ministro
estrella, con la agenda más amplia de reformas y también el más rechazado por
los sectores afectados por su gestión en Justicia y luego Cristóbal Montoro,
quien como responsable de Administraciones Públicas tiene sobre la mesa el
desafío territorial.
Por
el momento no hay visos de cambios en el Gobierno, salvo que Rajoy quiera sacar
a Javier Arenas de la sombra.
La
ventaja de Rajoy con este panorama y en un momento tan crítico es que no hay
elecciones a la vista hasta las europeas de 2014. Y su evidente fortaleza está
en que mantiene su apabullante mayoría absoluta en las Cortes y el control de
los principales ayuntamientos y casi todas las comunidades. También tiene su
fortaleza en la debilidad del adversario, porque el PSOE ha mejorado
ligeramente respecto al anterior sondeo, pero está en el 23,3% de los votos
(5,4 puntos menos que el último resultado en generales).
La
explicación de la estrategia futura de Rubalcaba está más en la física
elemental que en la política: primero hay que frenar la caída y luego empezar a
pensar en subir. Para eso tiene un año para recomponer su posición ideológica
con la tranquilidad de no tener elecciones previstas que, en su caso, se
cuentan por derrotas. Esa situación la afronta también con un rechazo ciudadano
notable y con un 81% de sus propios votantes que dicen no confiar en él.
Los
beneficiados siguen siendo IU y UPyD. La formación de Cayo Lara llega al 15,6%
de los votos, casi nueve puntos más que su resultado de las generales de noviembre
de 2011. Rosa Díez es la mejor valorada en su gestión política entre los
líderes de los cuatro principales partidos.
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