Comunicado de la Masonería sobre la corrupción que azota a España
Gustavo Vidal Manzanares
|
nuevatribuna.es |
07 Febrero 2013 .
Perseguida por la mayoría de las dictaduras,
apreciada por las democracias, alabada y admirada por las mentes
librepensadoras, difamada por sectarios y fanáticos, la Masonería se
define como una organización de carácter universal que se propone el
mejoramiento personal y de la la sociedad.
Tal vez por ello, son muchos los masones que a lo largo de los siglos han ejercido una enorme influencia en el devenir de la humanidad. Les debemos la participación protagonista en acontecimientos tales como las primeras declaraciones de Derechos, la lucha contra la esclavitud, el sufragio universal, el parlamentarismo, la Ilustración, en hitos científicos como la moderna neurología o el descubrimiento de la penicilina, o en la creación de organizaciones como la Cruz Roja, la Sociedad de Naciones o la Unión Europea original.
En este sentido, la masonería española de índole más progresista acaba de emitir el siguiente comunicado sobre la corrupción que está pudriendo nuestro país y que, desde luego, vale la pena leer y reflexionar...
Comunicado de la Gran Logia Simbólica Española (en adelante: G∴L∴S∴E∴) sobre la situación actual de la política en España: La directiva de la G∴L∴S∴E∴, organización de la masonería liberal y adogmática de nuestro país, manifiesta su alarma por los acontecimientos que está viviendo España
Estos escándalos suponen, sin la menor duda, uno de los más graves casos de descrédito de los representantes políticos, una burla a la confianza ciudadana y un desprestigio para nuestro país justo en unos momentos especialmente delicados y que requieren de una gran responsabilidad y compromiso.
La democracia se basa en un pacto social según el cual los ciudadanos eligen a quienes consideran mejores para gestionar los asuntos públicos y representarles durante un periodo de tiempo previamente acordado. La democracia no es ni puede ser jamás la concesión a unos cuantos de una patente de corso para enriquecerse durante cuatro años o más. La democracia tiene su fundamento en la confianza que los representados tienen en sus representantes y en la lealtad de éstos hacia quienes les han elegido.
Cuando esa confianza se traiciona y esa lealtad desaparece, el prestigio y la legitimidad moral de la clase política se derrumban, y el cimiento mismo de la democracia se pudre. Es lo que, en opinión de la directiva de la G∴L∴S∴E∴, está sucediendo ahora. Y es más que sabido qué sucede cuando, en un Estado de Derecho, la clase política pierde su prestigio porque se transforma en una especie de casta que deja de servir a los intereses de todos para servir sólo y nada más que a sus propios intereses. Basta repasar la historia del siglo XX para comprobar que esa ha sido siempre la antesala del totalitarismo.
La directiva de la G∴L∴S∴E∴ reclama, pues, una contundente, eficaz y sobre todo rápida acción de la Justicia, que ahora más que nunca debe demostrar su tantas veces cuestionada independencia y proceder de inmediato contra quienes se pruebe que han actuado delictivamente en el ejercicio de sus responsabilidades políticas.
La directiva de la G∴L∴S∴E∴ reclama a los partidos políticos sin excepción alguna, que hagan cuanto esté en su mano para denunciar y expulsar de sus organizaciones a todos cuantos hayan tomado parte en prácticas corruptas. Sean, una vez más, cuantos sean y quienes sean. Porque los partidos son elementos esenciales en el funcionamiento democrático, y sólo con su limpieza y regeneración podrá la clase política recuperar su prestigio perdido y su representatividad moral. Sin eso, la democracia tal y como la entendemos será una simple ficción.
La directiva de la G∴L∴S∴E∴ pide además a los medios de comunicación que, en este momento tan grave, sirvan ante todo a los intereses de los ciudadanos; que informen con veracidad, objetividad y exhaustividad, sin negar u ocultar la realidad ni manipular los hechos en beneficio de unos u otros partidos, grupos de poder o intereses particulares. Sólo de la difusión y del conocimiento de la verdad puede surgir la regeneración ética que necesita ahora mismo nuestra nación.
La directiva de la G∴L∴S∴E∴ pone de manifiesto, por último, su más absoluta fe y lealtad hacia el sistema democrático y el Estado de Derecho que los españoles nos dimos a nosotros mismos con la Constitución de 1978. Reclamamos las mejoras necesarias que impidan la proliferación de quienes se aprovechan del sistema para su propio lucro o beneficio, pero, frente a quienes propugnan derribarlo todo para que aparezca, como tantas otras veces, un “salvador de la patria”, seguimos pensando que el sistema de libertades y el pacto democrático entre los ciudadanos es la mejor manera de gobernarse que los seres humanos han inventado desde el principio de los tiempos. Siempre lo hemos defendido y siempre lo defenderemos.
Tal vez por ello, son muchos los masones que a lo largo de los siglos han ejercido una enorme influencia en el devenir de la humanidad. Les debemos la participación protagonista en acontecimientos tales como las primeras declaraciones de Derechos, la lucha contra la esclavitud, el sufragio universal, el parlamentarismo, la Ilustración, en hitos científicos como la moderna neurología o el descubrimiento de la penicilina, o en la creación de organizaciones como la Cruz Roja, la Sociedad de Naciones o la Unión Europea original.
En este sentido, la masonería española de índole más progresista acaba de emitir el siguiente comunicado sobre la corrupción que está pudriendo nuestro país y que, desde luego, vale la pena leer y reflexionar...
Comunicado de la Gran Logia Simbólica Española (en adelante: G∴L∴S∴E∴) sobre la situación actual de la política en España: La directiva de la G∴L∴S∴E∴, organización de la masonería liberal y adogmática de nuestro país, manifiesta su alarma por los acontecimientos que está viviendo España
Estos escándalos suponen, sin la menor duda, uno de los más graves casos de descrédito de los representantes políticos, una burla a la confianza ciudadana y un desprestigio para nuestro país justo en unos momentos especialmente delicados y que requieren de una gran responsabilidad y compromiso.
La democracia se basa en un pacto social según el cual los ciudadanos eligen a quienes consideran mejores para gestionar los asuntos públicos y representarles durante un periodo de tiempo previamente acordado. La democracia no es ni puede ser jamás la concesión a unos cuantos de una patente de corso para enriquecerse durante cuatro años o más. La democracia tiene su fundamento en la confianza que los representados tienen en sus representantes y en la lealtad de éstos hacia quienes les han elegido.
Cuando esa confianza se traiciona y esa lealtad desaparece, el prestigio y la legitimidad moral de la clase política se derrumban, y el cimiento mismo de la democracia se pudre. Es lo que, en opinión de la directiva de la G∴L∴S∴E∴, está sucediendo ahora. Y es más que sabido qué sucede cuando, en un Estado de Derecho, la clase política pierde su prestigio porque se transforma en una especie de casta que deja de servir a los intereses de todos para servir sólo y nada más que a sus propios intereses. Basta repasar la historia del siglo XX para comprobar que esa ha sido siempre la antesala del totalitarismo.
La directiva de la G∴L∴S∴E∴ reclama, pues, una contundente, eficaz y sobre todo rápida acción de la Justicia, que ahora más que nunca debe demostrar su tantas veces cuestionada independencia y proceder de inmediato contra quienes se pruebe que han actuado delictivamente en el ejercicio de sus responsabilidades políticas.
La directiva de la G∴L∴S∴E∴ reclama a los partidos políticos sin excepción alguna, que hagan cuanto esté en su mano para denunciar y expulsar de sus organizaciones a todos cuantos hayan tomado parte en prácticas corruptas. Sean, una vez más, cuantos sean y quienes sean. Porque los partidos son elementos esenciales en el funcionamiento democrático, y sólo con su limpieza y regeneración podrá la clase política recuperar su prestigio perdido y su representatividad moral. Sin eso, la democracia tal y como la entendemos será una simple ficción.
La directiva de la G∴L∴S∴E∴ pide además a los medios de comunicación que, en este momento tan grave, sirvan ante todo a los intereses de los ciudadanos; que informen con veracidad, objetividad y exhaustividad, sin negar u ocultar la realidad ni manipular los hechos en beneficio de unos u otros partidos, grupos de poder o intereses particulares. Sólo de la difusión y del conocimiento de la verdad puede surgir la regeneración ética que necesita ahora mismo nuestra nación.
La directiva de la G∴L∴S∴E∴ pone de manifiesto, por último, su más absoluta fe y lealtad hacia el sistema democrático y el Estado de Derecho que los españoles nos dimos a nosotros mismos con la Constitución de 1978. Reclamamos las mejoras necesarias que impidan la proliferación de quienes se aprovechan del sistema para su propio lucro o beneficio, pero, frente a quienes propugnan derribarlo todo para que aparezca, como tantas otras veces, un “salvador de la patria”, seguimos pensando que el sistema de libertades y el pacto democrático entre los ciudadanos es la mejor manera de gobernarse que los seres humanos han inventado desde el principio de los tiempos. Siempre lo hemos defendido y siempre lo defenderemos.
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