Bono, otro jarrón chino. EL FORO
por Alfonso García
Cuenta el diario ABC en su edición del 8 de enero los privilegios
de José Bono como expresidente de Castilla-La Mancha. Y lo publica en
un alarde de portada, tipografía y vendiéndolo como la exclusiva del
mundo mundial. Por motivos que ignoro, pero que puedo imaginar, el
periódico de Vocento saca ahora este “notición” sobre la oficina de apoyo
a Bono que cuesta 160.000 € al año por los gastos que genera el propio
despacho, dos secretarias y un chófer. Cabe decir, que la oficina se
encuentra situada en la antigua Escuela de Caza, desde 2002 Centro de
Coordinación del 112 inaugurado por el propio Bono.Durante el tiempo que hizo su primer paréntesis en la política -desde que abandonó el Ministerio de Defensa hasta su elección como Presidente del Congreso- el punto de encuentro con el ex era ese. A través del despacho situado entre Toledo y la localidad de Olías del Rey se gestionaban entrevistas o cualquier otra cuestión que se requiriera de él.
Ahora que nos cuestionamos todo, la existencia de ese privilegio –se podrá discutir sobre su oportunidad- era conocido por todos, especialmente por todos los políticos de Castilla-La Mancha, también los del PP y hasta por el periódico que ha publicado la noticia. De hecho fue aprobada en sesión plenaria con luz y taquígrafos. Huelga, por tanto, hacerse cruces por algo sabido desde hace diez años.
Si se ha sacado nuevamente a la luz periodística -en ningún caso novedad, como digo- es por otros intereses orquestados y con el único objetivo de desviar la atención pública sobre el desastre de administración que, tanto Rajoy como Cospedal están llevando a cabo en España y en Castilla-La Mancha, respectivamente. Buena prueba de ello es cómo la caverna mediática y miembros del Partido Popular se han tirado a la yugular de José Bono.
Ahora bien, Bono que siempre ha predicado que los políticos deben tener los bolsillos de cristal -por su transparencia- debería haber puesto más cuidado. Con su experiencia resulta incomprensible que se relajara y haya dejado pasar por alto que la derechona, siempre al acecho, le ha estado buscando las vueltas y hurgando en sus costuras desde siempre. A Bono se le pueden y deben reprochar muchas cosas, como más adelante citaré, pero en modo alguno se le puede negar su trabajo en Castilla-La Mancha, una región que cuando él la cogió era un desastre en todos los órdenes. Bono y solo Bono hicieron que los castellano-manchegos se sintieran región y respetados. De un territorio desestructurado en lo social, en lo económico, y hasta en lo cultural, pasó bajo sus mandatos a tener voz y peso en la España de las Autonomías.
Por eso sorprende que el de Salobre haya olvidado que las obras realizadas y los recuerdos se esfuman, incluso los medios a los que él benefició no dudan en ponerlo a los pies de los caballos porque hoy tienen otro señor.
No obstante, es cierto que Bono debería saber que no se le puede estar agradeciendo toda la vida su trabajo, entre otras cosas, porque él mismo decidió marcharse, con todo su derecho y legitimidad, de Castilla-La Mancha. Sin embargo, aunque fuera de la escena política, Bono no ha sabido o no ha querido apartarse de los focos mediáticos. En cierto modo, y a pesar de los métodos carroñeros de la caverna, él mismo se ha buscado lo que tiene por no saber o no querer apartarse. De otro modo no se entienden sus afanes por nadar y salvar la ropa, por querer estar siempre en la pomada y, por utilizar los refranes castellanos que tanto le gustan, por querer ser niño en el bautizo y muerto en el entierro. Nunca ha sabido entrar en vía muerta.
Prueba de ello es que desde hace un tiempo anda metido en un proyecto de fundación para defender la Constitución y la marca España en el que se ha asociado con otros ex como Zaplana o Acebes. En definitiva, es una manera de seguir teniendo influencias en determinadas instancias e instituciones. Si no hay hueco para él, es un maestro ello, se lo inventa.
En ese camino de narcisismo sin límites, lo antepenúltimo es su libro “Les voy a contar” y lo penúltimo su web losdiariosdejosebono.com en la que sin ningún pudor hace apología de su persona y de su obra literaria. Pero estando en su derecho de publicitarse no lo es tanto que utilice el Congreso de los Diputados para hacerse la propaganda de su libro.
¿Le darían permiso a otro escritor a hacer lo mismo? Sin duda que no, pero a Bono sí. Comentario aparte merece el vídeo y su contenido, más propio de El Club de la Comedia que de un expresidente de Castilla-LaMancha, ex ministro del Gobierno de España y ex presidentes del Congreso. Es tan malo que da risa y cualquiera puede entender que utiliza la sede parlamentaria en provecho propio. Y ahí también debería ser más cuidadoso.
Bono, de quien se dice que es su mejor director de comunicación, no está siendo en absoluto prudente en los últimos años. ¿Alguna vez lo ha sido? No quiero ni pensar que su oficina de apoyo en Toledo la pueda utilizar también para estos menesteres. Me da igual que la información haya sido interesada y forme parte de la enésima campaña contra él –sin duda lo ha sido- pero este es momento para que, practicando su evangelio, renunciara al despacho. Tiene la suficiente economía como para montar y pagar su propio despacho.
Bono, como dijo Felipe González de los expresidentes del Gobierno, se ha convertido en un jarrón chino, pero a diferencia de los anteriores ha sido él mismo quien lo ha modelado a su imagen y semejanza.
Ya va siendo hora de que se deposite en un museo.
De verdad, querido Pepe. No te lo tomes a mal.
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