El gran éxito de la reforma laboral: 100 ERES diarios
Los datos acumulados son aún más aterradores: hasta octubre, 27.055 empresas se habían acogido a ese procedimiento para aligerar sus plantillas, frente a las 15.870 de los diez primeros meses de 2011. Una subida tan espectacular (el 70%) sin duda tiene que ver con el creciente deterioro de la situación económica, pero también con las notables facilidades para el despido que la reforma laboral introdujo. Desde febrero, los ERE no requieren ya autorización administrativa previa, lo que en la práctica da carta blanca a los empresarios para despedir con la indemnización mínima de 20 días por año.
No sólo el número de expedientes aumentó hasta octubre, sino también el de trabajadores afectados, que fue de 374.773, un 53% más que en el mismo periodo de 2011. Eso y la desaparición de unos 200.000 empleos públicos explican la pésima evolución del empleo en España durante los doce meses transcurridos desde el regreso del PP al poder. Según la última EPA, bajo el mandato de Rajoy, pese a los costosos sacrificios exigidos a los ciudadanos, medio millón de personas han ido a engrosar las listas del paro.
El presidente del Gobierno dijo no hace mucho que se siente satisfecho con los resultados de su reforma porque ha disminuido la destrucción definitiva de puestos de trabajo, al acogerse muchas empresas a las suspensiones temporales de empleo. Eso, sin embargo, no responde a la realidad: entre enero y octubre hubo más trabajadores afectados por ERES temporales, sí; pero también más despedidos; en concreto, un 20,5%%, que no es moco de pavo.
En consecuencia y como era previsible, la reforma, al menos hasta el día de hoy, no ha servido para animar la creación de empleo, sino todo lo contrario. Está siendo masivamente utilizada por los empresarios para continuar, a menor coste, el ajuste laboral que empezó con el estallido de la crisis y que ha puesto a España en el umbral de los seis millones de parados. Un acierto más que los trabajadores tenemos que agradecerle a Rajoy.
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