viernes, 4 de enero de 2013

Una víctima del cerrilismo, la ignorancia y la intolerancia

La niña paquistaní Malala Yousafzai. EFE 

La niña pakistaní Malala sale del hospital


Londres.- La niña paquistaní Malala Yousafzai, que resultó herida tras ser atacada en su país el pasado octubre por el cerrilismo, la ignorancia y la intolerancia de los islamistas talibanes por defender la educación femenina, ha sido hoy dada de alta del hospital de Reino Unido donde estaba ingresada.
Malala fue agredida el pasado 9 de octubre por los talibanes en Pakistán cuando regresaba a su casa desde la escuela. La joven activista fue traslada en un avión ambulancia desde Islamabad (Pakistán) al hospital Queen Elisabeth de Birmingham, donde ha sido atendida desde entonces.
Los médicos del hospital de Birmingham informaron ayer de que la adolescente será sometida a cirugía reconsructiva craneal "a finales de mes o a principios de febrero".
Según la BBC, Malala abandonó el hospital Queen Elizabeth de Birmingham, si bien continuará con un programa de rehabilitación tras ser atendida por las graves heridas sufridas en la cabeza cuando fue atacada. La joven, de 15 años, vivirá con su familia en la zona de West Midlands.
Malala, que recibió dos disparos, uno en la cabeza y otro en el cuello, podría permanecer de forma permanente en el Reino Unido, donde su padre ha recibido el puesto de agregado de educación del consulado de Pakistán en Birmingham. Tanto el padre de la joven, Ziauddin Yousafzai, como Malala, han sido objeto de amenazas de muerte por parte de los talibanes desde que se produjera el ataque.
El caso de Malala ha puesto en evidencia la actitud humanitaria del Reino Unido, que no ha dudado en dar acogida a Malala y su familia para permitirles estar a salvo de la amenaza del Islam más retrógrado, representado por los Talibanes.

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