Cabeza de ratón
Dios, patria y rey
Dios desconfía de su imagen reflejada en los espejos vaticanos, con un papa en fuga y una curia disipada y entregada a los placeres de la Carne y a los regalos del dinero. De la pederastia compartida o consentida, que deformó criminalmente aquello de “Dejad que los niños se acerquen a mí”, al nuevo enunciado de “Al César lo que es del César a Dios lo que es de Dios…y lo que le sobre a Dios que quede para nuestros bolsillos”, la Iglesia romana con su secretismo y oscurantismo ha encajado mal el mundo de las nuevas tecnologías, los documentos del “Vatileaks” rompieron la coraza protectora y dejaron al aire algunas vergüenzas, luego por los resquicios abiertos empezó a correr un flujo pestilente de informaciones que están poniendo a la curia de chupa de dómine y con el culo al aire. La red de prostitución masculina, que dirigía un cantor nigeriano de la basílica de San Pedro y ofrecía los servicios sexuales de jóvenes coristas, se mezcla con el espinoso tema de la protección episcopal de los sacerdotes acusados de pederastia para completar este ominoso y pecaminoso cuadro, de sexo, poder y dinero que nunca se expondrá en la Capilla Sixtina.
A Dios ni se le espera por Roma en vísperas del Cónclave, el Espírtitu Santo ahuecó el ala y los fieles andan atónitos y dispersos en estos tiempos de confusión. El papa dimisionario encargó a tres cardenales de su confianza que elaboraran un informe secreto, pero como ya apuntamos lo del secretismo cuadra mal con las redes sociales y el contenido de las informaciones fue publicado por el diario “La Repubblica” desvelando los detalles más siniestros de la descarnada lucha fratricida por el poder, el dinero y el sexo que se produce en las sentinas de la barca de Pedro a la hora de repartirse el botín.
En vísperas también de unas elecciones generales los italianos están pensando en votar a un cómico antisistema que ha sabido capitalizar el descrédito de una clase política cuyo paradigma es Berlusconi, otro cómico que ya no hace gracia a casi nadie y que utilizará sus votos para volver a escapar de los tribunales mientras que Monti, eurócrata y católico, que se presenta a las elecciones sin presentarse del todo, advierte de que un gobierno de izquierda desagradaría profundamente a la señora Merkel. Había una vez un circo con los enanos muy crecidos, los payasos molidos de darse tantas bofetadas, los equilibristas desequilibrados y las fieras merodeando por los rincones sobrealimentadas de tanta carroña.
Pasen y vean, pero de ese cónclave en el que participarán algunos prelados investigados por su connivencia con la pederastia, de ese no veremos ni oiremos nada hasta que salga la fumata blanca y conozcamos el nombre del bendito al que sus colegas, tal vez para fastidiarle, van a elegir para guiar el desmandado rebaño de la Iglesia.
Malos días para ser de derechas cuando ni el consuelo de la religión es posible, días de tribulación. El tesorero Bárcenas falsifica su propia letra, la ministra Mato se falsifica a sí misma y Mariano está desaparecido como Dios aunque de vez en cuando asome la cabeza para desdecirse de lo indecible y visitar los míticos cerros de Úbeda en los que emergen esos brotes verdes que solo perciben sus ojos miopes. Mariano saca la cabeza y la vuelve a meter cuando le mencionan a Luis el Cabrón. Era un cabrón pero era su cabrón y los cabrones cuando se desmandan pueden ponerlo todo patas arriba.
Y mientras Dios se oculta y la patria se desmorona, la Corona solo valdrá el oro que pese cuando se venda o se hipoteque. El oro es un valor refugio, eso lo sabíamos casi todos menos Solbes aquél ministro de Hacienda que lo cambió seguramente por algo parecido a las preferentes. España está desahuciada y tenemos que exigir al menos la dación en pago cuando alguien se la incaute, siempre hay algún incauto.
Y ni siquiera podemos encomendarnos al Padre Nuestro para que perdone nuestras deudas. Al Padre Nuestro le cambiaron el enunciado, ofensas y ofensores, por deudas y deudores. Cambiaron las palabras y comenzó el ajuste de cuentas.
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