lunes, 11 de febrero de 2013

Mientras falta dinero para casi todo

Los partidos han ingresado 1.136 millones en ayudas, donaciones y afiliados en cinco años

Alfredo Pérez Rubalcaba y Mariano Rajoy

D. FERNÁNDEZ. 11.02.2013
Los partidos políticos son una máquina de ingresar dinero. En los últimos cinco años fiscalizados por el Tribunal de Cuentas (periodo 2003-2007) las formaciones políticas han obtenido al menos 1.136 millones de euros, contabilizando solo las principales aportaciones: subvenciones públicas, donaciones, cuotas de afiliados y las cartas financieras de sus cargos públicos, es decir, la parte del salario que los cargos elegidos en Ayuntamientos, Diputaciones y Parlamentos entregan a su partido.
El mayor montante procede de las subvenciones públicas. En esos cinco años los partidos políticos han recibido 928 millones, una cantidad similar a la que por ejemplo espera recibir España del presupuesto europeo 2014-2020 para combatir el paro juvenil. Obviamente, PP y PSOE, las formaciones con mayor éxito electoral, y por tanto, mayor representación en Administraciones y Parlamentos, se reparten la mayoría del pastel público. El PP ha recibido 322 millones en esos cinco años; y el PSOE otros 285 millones, a los que se pueden sumar los 55,5 millones de los socialistas catalanes.
Tras el escándalo del 'caso Bárcenas', el PP ha decidido hacer públicas sus cuentas en el periodo que ahora está fiscalizando el Tribunal de Cuentas: los años 2008, 2009, 2010 y 2011. En esos cuatro años ha recibido otros 369 millones. Lo que quiere decir que en nueve años, entre 2003 y 2011, los populares han ingresado 691 millones de euros en ayudas públicas, una media de 112.300 euros diarios.
Las subvenciones, son, sin duda, el apartado más transparente que fiscaliza el Tribunal de Cuentas, ya que el dinero que un partido recibe por votos obtenidos, diputados y concejales logrados, o gastos electorales generados, está controlado rigurosamente.
Otro aspecto son las aportaciones privadas. El tribunal examina las cuotas de afiliados y simpatizantes, los préstamos, las herencias que puedan recibir los partidos, los rendimientos y productos gestionados (como venta de lotería o alquiler de inmuebles) y sobre todo, las donaciones. Por poner un ejemplo, solo en 2007 los partidos ingresaron 578.000 euros en venta de lotería.
Hasta que en julio de 2007 un cambio en la ley prohibió las donaciones anónimas, la opacidad de estas aportaciones era total. Los únicos requisitos eran que cada donante no diera más de 60.000 euros al año y que los fondos anónimos no procedieran "de empresas públicas ni de empresas que, mediante contrato vigente, presten servicios para alguna Administración Pública».
Es decir, que los propios gestores y tesoreros de los partidos (entre ellos el propio Bárcenas) no tenían la obligación de facilitar al tribunal cuánto dinero aportaba un donante anónimo o si este era un constructor con contratos vigentes en cualquier Administración. Los partidos se limitaban a decir a los técnicos del órgano fiscalizador que cumplían la ley, pero el Tribunal de Cuentas nunca podía comprobarlo, una incapacidad que al menos resaltó en sus informes. “No se ha podido comprobar el cumplimiento a nivel individual del límite legal de aportaciones", rezan una y otra vez los informes hechos públicos durante la década 1997-2007.
Fiscalizamos lo que los partidos nos presentan, no podemos hacer nada más""Fiscalizamos lo que los partidos nos presentan, no podemos hacer nada más", señalan funcionarios que trabajan en el área de partidos políticos. Por ese sistema, los partidos recibieron 52,3 millones en donaciones en el periodo analizado por 20minutos.es: 2003-2007. En el informe de 2007 se incluyeron por primera vez las donaciones que recibieron las fundaciones vinculadas a los partidos: otros 2,1 millones.
El PP recibió en ese año 20,1 millones en donaciones, el 38% del total que recibieron todos los partidos. La reforma de la ley acabó en 2007 con la posibilidad de que los partidos pudieran ingresar donaciones anónimas. Así que los próximos informes (el siguiente analizará las cuentas de los partidos en 2008) reflejarán si el fin del anonimato ha reducido las donaciones de los partidos.
Esta posibilidad ha quedado demostrada en las cuentas que acaba de hacer públicas el PP, adelantándose así a los informes del Tribunal de Cuentas. En 2003 el PP recibió 4,17 millones en donativos; 3,78 millones en 2004; 3,5 millones en 2005; 3,7 millones en 2006 y 4,97 millones en 2007. Cuando dejaron de ser anónimas, se bajó a 1,38 millones en 2008; solo 669.000 euros en 2009; 537.000 euros en 2010 y volvió a subir a 2,14 millones en 2011, curiosamente en año electoral.
El líder socialista, Pérez Rubalcaba, ha propuesto este fin de semana que las empresas no puedan donar dinero a los partidos, aunque es partidario de mantaner las donaciones individuales y debidamente identificadas.
En el propio Tribunal reconocen el retraso en la fiscalización de las formaciones políticas, por eso se ha anunciado recientemente que se reforzara ese departamento, pasando de 12 a 26 miembros (hay 776 trabajadores en plantilla del tribunal). Como el delito de financiación ilegal prescribe a los cuatro años, parece poco útil que un órgano fiscalizador analice la contabilidad de los partidos políticos con un retraso de cinco años.
La Asociación de Letrados y Auditores del Tribunal de Cuentas pide que se hagan fiscalizaciones más concretas y cercanas en el tiempo, "por eso exigiremos este mismo año formalmente que se cree un departamento específico dentro del tribunal para fiscalizar a los partidos, con más personal", señala su presidenta Elena Vicente. El Tribunal se divide en siete departamentos, pero ninguno se dedica en exclusiva a los partidos políticos, que se fiscalizan en una especie de subárea llamada coponencia.
El PSOE recibió 8,72 millones en donaciones en el periodo 2003-2007. De momento no ha hecho públicos las que ha recibido en el periodo 2008-2011. Una formación tan fuerte como CiU, con tanta implantación en Cataluña, solo recibió 324.000 euros en esos cinco años, según los informes del Tribunal de Cuentas. PNV reconoce 4,46 millones. Un dato curioso es el de Esquerra, que suma 465.000 euros en donativos en esos cinco años, pero en 2006 solo reconoce 625 euros y en 2005 solo 260 euros.
El PSOE recibió 8,7 millones en donaciones en cinco años, Esquerra informó de 625 euros en un solo añoPor último, este diario ha analizado los ingresos que los militantes y los propios cargos electos dejan en las arcas de los partidos. PP y PSOE son los más fuertes en lo que a afiliados se refiere. Entre 2003 y 2007, las cuotas de los militantes supusieron un ingresos en el PP de 49 millones, que se suman a los 47 millones generados en el periodo 2008-2011. La militancia del PP parece fiel, a tenor de los datos, ya que cada año han ido creciendo los ingresos por afiliados.
La militancia del PSOE también se ha mantenido fiel. En 2003 sus afiliados dejaron 6,4 millones; en 2004, 7,69 millones; en 2005 subió a 8,7 millones; en 2006 se mantuvo en 8,84 millones; y en 2007 en 8,89 millones.
Si sumanos las cuotas y aportaciones de cargos públicos de los diez partidos analizados (PP, PSOE, PSC, IU, PNV, BNG, CC, CiU, ERC e IcV) en el periodo 2003-2007, los partidos han ingresado la nada desdeñable cifra de 154 millones de euros.

Los duendes que andan urgando entre las noticias y comunicados


spain

Moncloa mata a Mariano Rajoy

Por EL HUFFINGTON POST 
El departamento de comunicación del Ministerio de la Presidencia, a cuyo cargo está la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría, ha enviado un correo electrónico en cuyo asunto reza un imposible: "Pésame Rajoy por fallecimiento Rajoy".
La nota de prensa en realidad recoge el pésame del presidente del Gobierno por la muerte, ayer, del filósofo Eugenio Trías. Así figura, ya bien, en el título del documento adjunto al correo electrónico.
rajoy
Siete minutos después, la misma cuenta del Ministerio de la Presidencia ha mandado otro mensaje con la rectificación, aunque en el asunto del mensaje no figura esa palabra, sino "Repetición".
Precisamente este mes la revista satírica Mongolia lleva en portada una información que, visto el correo de este lunes de Moncloa, puede calificarse de premonitorio (dentro de la irrrealidad).
 rajoy mongolia

El notición que menos se esperaba para hoy

El Papa renuncia por 'falta de fuerzas'

[foto de la noticia]
Benedicto XVI dejará de ser Papa dentro de exactamente 17 días, el próximo día 28 de este mismo mes, por "falta de fuerzas". El anuncio lo ha realizado esta mañana en persona el propio Pontífice, en latín, durante un consistorio en el Vaticano para la canonización de unos mártires.
Joseph Ratzinger tiene toda una retahíla de achaques: en 1991 sufrió un ictus y con anterioridad ya padeció complicaciones cardiovasculares. Además, tiene problemas de hipertensión y, de hecho, muchos consideran que fue ésa la causa del posible desmayo que sufrió en 2009 durante unas vacaciones en las montañas del Valle de Aosta y que hizo que se rompiera la muñeca derecha.
De hecho, Ratzinger sigue una dieta rigurosa y los médicos le han prohibido poner el pie por encima de los 2.000 metros de altitud. Es por ello por lo que los dos últimos años ha renunciado a pasar los veranos en la montaña para quedarse en Castel Gandolfo.
Además de los problemas de corazón, apenas ve por el ojo derecho, sufre un 50% de artrosis en la cadera derecha, padece hipertensión, se cansa cada vez más... Desde hace tiempo camina con bastón y utiliza una plataforma con ruedas empujada por empleados del Vaticano para desplazarse por la Basílica de San Pedro. En los últimos meses, siempre por motivos de salud, ha disminuido sus compromisos públicos, sus viajes y las audiencias.
"Cuando un Papa alcanza la clara conciencia de que ya no es física, mental y espiritualmente capaz de llevar a cabo su encargo, entonces tiene en algunas circunstancias el derecho, y hasta el deber, de dimitir", aseguró el propio Benedicto XVI en 2010 al periodista alemán Peter Seewald en la larga entrevista publicada en forma de libro bajo el título 'La Luz del Mundo'. Y ese día ya ha llegado.

Por si a alguien le cabían dudas

La política en manos de la oligarquía económica


Miguel García - 11 feb 2013 
Miembro del colectivo econoNuestra y del grupo de investigación Economía Política de la Mundialización
La aparición en los últimos días de una supuesta contabilidad B del Partido Popular, asociada a su extesorero Luís Bárcenas, ha puesto en el ojo del huracán la corrupción política. En un clima de recortes sociales crecientes, la indignación contra este colectivo está alcanzando límites inimaginables hace no tanto, cuestionando incluso las bases del pacto político-social nacido al calor de la transición.
Es innegable que la indignación contra los políticos, contra “la casta”, está sin duda justificada. Pero quedarnos en este nivel de análisis, considerar a los políticos un colectivo con intereses propios independientes del poder económico y responsable único de la crisis, introduce un importante sesgo a un elevado precio: la historia nos enseña, que las opciones de gobierno asociadas a una política deslegitimada van desde populismos con tintes fascistoides a teóricos gobiernos “tecnocráticos”. El remedio se torna peor que la enfermedad.
Tenemos pues que apuntar más allá de lo obvio, superar la capa de bruma que oculta que, detrás de cada sobre, de cada pago en B, había alguien con interés y capacidad de hacerlo. Para que haya una salida, es necesaria la existencia de una entrada. Tautología contable.
Deberíamos superar el reduccionismo que supone considerar a los afamados sobres el centro de la denominada corrupción política. Si superamos la dimensión legalista de ésta para acercarnos a la colusión de intereses entre lo político y lo económico, damos un importante paso para arrojar luz, allá donde es necesario iluminar.
No podemos quedarnos en un nivel superficial porque decidan permanecer en él las voces de gran parte de la opinión publicada. La zona más alumbrada no tiene por qué contener necesariamente la respuesta. Evitemos, por tanto, cegarnos en lo que muchos medios repiten hasta la saciedad y observaremos que la comunión entre los poderes fácticos políticos y económicos trasgrede con mucho aquello que interesa que la ciudadanía perciba.
Pongamos un sencillo ejemplo al respecto. Todos recordamos a nuestro exministro de economía Pedro Solbes y su gran capacidad de predicción de pequeñas desaceleraciones. Más allá de su valía personal, imaginemos un  falso escenario: dado que las medidas tomadas para abordar la crisis por su parte se centraron en salvar los muebles de las grandes empresas, la clase empresarial española decide reconocerle “su servicio” a través de uno de los afamados sobres en B. El escándalo habría sido impresionante, su dimisión inmediata exigida y las consecuencias legales inevitables.
Esta es la distopía. Veamos ahora lo que ocurrió en el relato real, que hasta su abandono de la política es compartido. Dado que las medidas tomadas para abordar la crisis por su parte se centraron, como se ha dicho, en salvar los muebles de las grandes empresas, la clase empresarial española decide reconocerle “su servicio” y tras finalizar su estancia al frente del Ministerio de Economía es nombrado consejero de Enel —principal accionista de Endesa— y del banco Barclays. Su remuneración va mucho más allá de la “pecata minuta” recogida en los papeles de Bárcenas. A Rajoy se le estiman unos 25.000 euros anuales de pagos en B, mientras que la remuneración media de un consejero de una empresa del Ibex35 era superior al medio millón de euros anual en 2011. Más del 10% de estos consejeros ocuparon en algún momento un alto cargo político.
Resultado: no hay escándalo alguno. La opinión publicada apenas muestra interés al respecto. Todo es perfectamente legal y no existe conflicto de intereses alguno. Este ejemplo puede ser clarificador, pero no es, desgraciadamente, ningún hecho aislado. Nuestros expresidentes Aznar —asesor externo de Endesa Latinoamérica— o González —en el consejo de administración de Gas Natural Fenosa— muestran que esta convivencia llega a las más altas esferas. También el camino a recorrer puede ser inverso: Manuel Pizarro, presidente de Endesa hasta 2007, se postuló como candidato a la cartera de economía en las elecciones de un año después. El video que ilustra el debate entre este último —que intuye, según sus palabras, una crisis del ladrillo pasajera— y el ya mentado Solbes, es un ejercicio de memoria muy recomendable para los gobernados.
Tampoco el problema es exclusivamente nacional, aunque muchas veces quieran dibujarlo así. El excanciller alemán Schröder y su controvertido paso al sector privado, mediante  la empresa a la que su propio  gobierno concedió la construcción de un gaseoducto en alianza con el gobierno de su amigo Vladimir Putin,  muestra que los honrados y productivos alemanes también entienden al respecto. Si cruzamos el charco la situación no mejora: la línea que separa lo político de los lobbies financieros e industriales en Estados Unidos es anecdótica, como bien señala el Premio Nobel J. Stiglitz con la llamada “puerta giratoria” entre lo económico y lo político.
La artificial separación de ambas esferas en compartimentos estancos, la idealización de lo económico frente a lo político, es una parte importante del mantra neoliberal que todo intenta invadir. Pareciese que fruto de la transición  existiera un pacto implícito de despolitización general. Accedimos a un régimen que considerábamos más democrático y nos integramos en la moderna Europa, en una unión que todo lo prometía, en lo que parecía sin duda un buen intercambio.
Al despertar nos dimos cuenta de que votar cada cuatro años no garantiza una sana democracia y que pese a llamarnos europeos no éramos todos iguales. La convergencia de Maastricht fue un espejismo que amargamente se diluyó. Pero tanto en la construcción de los criterios de Maastricht como en las actuales condiciones de los rescates, no solo se encuentra el poder político. Un dato llamativo al respecto: la UE cuenta con un numeroso pero poco conocido grupo de lobistas del sector financiero-industrial. Su número se estima en 15.000, más de 20 por eurodiputado.
La crisis ha sacado a relucir importantes carencias del entramado institucional, tanto a escala nacional como europea, pero no olvidemos el origen económico de la misma y quién es el beneficiario último de privatizaciones y rescates. El problema no reside en lo político, sino en el abandono de la política por parte de los gobernados: dejar a la política a su suerte es dejarla en manos de la oligarquía económica.
 
EconoNuestra es un colectivo formado por economistas –académicos, investigadores, estudiantes, periodistas– y por todos aquellos que, desde muy diversos ángulos profesionales, se quieren comprometer en el impulso del debate económico desde “otra visión”. Nuestra intención es la de contribuir al diálogo social y a las soluciones políticas con una economía diferente a la del fundamentalismo del mercado. Además, aspiramos a convertirnos en una plataforma de información, formación, propuesta y debate, desde una perspectiva de economía crítica, sobre aquellos asuntos que están en el corazón de la crisis sistémica y que, al mismo tiempo, conectan con la agenda estratégica surgida del movimiento 15M
Web: Econonuestra

Mensajes sin clave












Una mirada oportuna sobre lo que esconden las palabras del líder de los negociantes


 
El Análisis de... José Antonio Pareja
Maldito Lou
El mundo soñado por Juan/Joan Rosell
José Antonio ParejaHace un par de semanas, Concha Caballero publicaba en El País un estupendo y visionario artículo titulado: “El día que acabó la crisis”. Como conclusión de su más que razonado y razonable escrito, la periodista afirmaba que un buen día, cuando los que gobiernan el mundo decidan que ya hemos tenido suficiente dosis de crisis, anunciarán que se ha terminado, y ese día descubriremos que con la recesión hemos perdido 30 años en derechos y salarios.
Por la última declaración del presidente de la patronal, Juan Rosel en Madrid y Joan Rosell en Barcelona, que a un buen hombre de negocios sólo le interesan las banderas si es del sector textil, ese día está más cercano de lo que imaginamos. La declaración de Joan/Juan pidiendo la casi eliminación del cuerpo de funcionarios públicos y una nueva reforma laboral que potencie los minicontratos, además de cuestionar que el número de parados de la EPA sea real, no es una provocación, como así se la han tomado sindicatos y partidos de izquierda, sino la expresión de un sueño.
El mundo que teme Concha Caballero coincide exactamente con el que desea Juan/Joan. El día que acabe la crisis, si no hemos hecho nada para impedirlo, Joan/Juan sueña con poder contratar a un trabajador que le acompañe los días de viento al campo de golf (con el IVA rebajado, como desea Esperanza Aguirre) y vigile que la ondulación de sus rizos no le estorbe a la hora de afrontar algún crucial golpe. Y terminado el partido y pagado lo que el patrón haya tenido a bien, si el obrero ha trabajado con diligencia quizá tenga la suerte de ser contratado otro día un par de horas más, y si no allí se habrá acabado su experiencia laboral en el sector del rizo.
Los pocos funcionarios públicos que queden para entonces, serán muy distintos a los de ahora. Nada de ociosos médicos en servicios de urgencias de hospitales públicos, ni profesores con horarios de niño de cinco años, ni mucho menos molestos inspectores de hacienda metiendo sus narices donde no deben. Los funcionarios del día del fin de la crisis serán como siempre los hemos deseado: eficientes, atentos y, sobre todo, muy obedientes. Básicamente policías y militares que se encargarán de vigilar que Joan/Juan y el resto de patrones, puedan seguir creando riqueza sin que nada ni nadie les estorbe.
Ese día, que Juan/Joan sabe que ha de llegar más pronto que tarde, el precio de la mano de obra será tan insignificante como lo es desde siempre en el Tercer Mundo. Descubriremos que el objetivo de la globalización no era exportar el modelo del mundo desarrollado a los países más pobres, sino exactamente lo contrario. Joan/Juan, que es un hombre viajado, sabe que no todo van a ser ventajas. Pasear por el centro de nuestras ciudades rodeado de niños pidiendo unos céntimos para completar el paupérrimo salario de sus padres, no será agradable. Pero para eso existen los clubs exclusivos y las amuralladas zonas residenciales. Quizá lo único que puede frustrar el sueño de Juan/Joan, es que no haya calculado bien la altura que deben tener esas murallas.

Una exclusiva de la SER desenmascara a otro "liberal"

El 'número dos' de la CEOE, Arturo Fernández, paga parte del sueldo a sus empleados en negro

PILAR VELASCO   11-02-2013
Las denuncias de los antiguos empleados y trabajadores en activo se refieren a complementos de su nómina en dinero negro. En concreto, a los de responsabilidad y horas extras. El Grupo Cantoblanco que dirige el vicepresidente de la CEOE, Arturo Fernández, se encarga del servicio de restauración en la Asamblea de Madrid, de algunos hospitales madrileños, ministerios y el Congreso de los Diputados.
El 'número dos' de la CEOE, Arturo Fernández El vicepresidente de la CEOE y presidente de los empresarios madrileños, Arturo Fernández, ha pagado en dinero negro parte del sueldo de sus empleados durante años. Trabajadores actuales y extrabajadores de sus empresas han revelado a la Cadena SER una práctica sistemática de pago que en ocasiones ha llegado a ser de hasta la mitad del salario y que, o no se atrevieron a revelar en su momento por miedo a perder el puesto de trabajo o se encontraron con unos delegados sindicales que miraban hacia otro lado ante esas prácticas.
Algunos de los empleados y ex empleados de Arturo Fernández que han decidido hablar con la Cadena SER han pedido no dar su nombre por miedo a represalias laborales. Otros han querido dar la cara porque quieren ayudar a poner fin a un método de pago que puede suponer un fraude a la Seguridad Social, un fraude a la Hacienda Pública y un posible delito contra los trabajadores. Pero sobre todo, que supondrá un perjuicio en el futuro cuando deban cobrar un subsidio de desempleo o una pensión de jubilación que verán notablemente reducidas.
Los trabajadores coinciden en la descripción del método de los pagos en negro y aportan idénticas pruebas documentales. Camareros, cocineros y encargados entrevistados dicen cobrar o haber cobrado parte del sueldo en sobre y a mes vencido. Pagos en B por dos tipos de concepto: el que corresponde a las horas extras y los complementos de responsabilidad. Unas horas que aunque cobren como extras en algunos casos supone un tercio del sueldo en negro, cuando no más, de manera sistemática y mensual en los centros del número uno de los empresarios madrileños.
Los sobres que conservan los trabajadores son todos iguales independientemente del centro: sobres blancos y sin membrete, con una pegatina donde figura el nombre y apellido del trabajador junto a la cifra que ha ganado ese mes. Unas cantidades -bien en sobresueldos bien en horas extra- que oscilan de los 100 a 700 euros, al menos en los casos que ha podido contrastar la Cadena SER.

El procedimiento del reparto respondería a un método organizado. Los gerentes o jefes de zona llevan los sobres a los restaurantes y cafeterías y proceden al reparto; o dejan los sobres al encargado del centro para que los entregue a cada uno de ellos. En el interior figura la nómina y el dinero en metálico. En otros casos, se reparten dos sobres distintos con la nómina y el B respectivamente, según los testimonios recogidos. Es más, son los propios gerentes quienes llevan al detalle los pagos en B. Lo hacen en unas plantillas de facturación mensuales en Excel, donde apuntan el número de horas junto a la suma del importe que el trabajador no cotizará.
Los trabajadores aseguran que la empresa les obliga a cobrar así. De hecho, cuando en alguna ocasión han pedido regularizar los pagos e incluirlos en la nómina los responsables de la empresa se han negado. O en negro o nada. Es la política de Arturo, aseguran.

Los testimonios son de trabajadores o extrabajadores del Grupo Arturo Cantoblanco con una antigüedad de cuatro a diez años y, aunque no se conocen entre ellos, a pesar de que pertenecen a cafeterías y restaurantes diferentes, describen el modus operandi con idénticos términos.
El encargado de barra de una de las cafeterías subrogado por otra empresa prefiere no hacer pública su identidad, lleva años en el sector de la hostelería y teme que la denuncia le perjudique. Aun así, decide a hablar: "En un principio no tenía ninguna responsabilidad, se me ascendió, empecé a tener a personas a mi cargo y ese complemento como encargado se me ofrecía en dinero negro, dinero B". Sus nóminas, efectivamente, no recogen dicho complemento ni aparece cotización alguna de horas extra o jornadas complementarias.
"Nos ha subrogado otras empresa y este dinero lo hemos perdido. Las horas extra vienen en plan legal, vienen metidas dentro de la nómina. La nueva empresa se sorprendió de que la anterior hiciera estas prácticas, las consideraban arcaicas, no se suele hacer, por lo menos ellos no lo hacían". Este encargado ha llegado a cobrar la mitad del salario en negro. "Prefiero esto", dice. Antes no tuvo opción "El caso se llegó a plantear a la empresa, si no era esa cantidad tener parte del dinero regularizado pero no había manera".
¿Quién decía a estos trabajadores que cobrarían en negro? César Augusto Rocha, con diez años de experiencia con Arturo, mantiene que lo de los sobres era algo tan asumido que ni se cuestionaba. "Es algo que está instaurado, viene en el paquete, trabajas horas extra y aquí es así, aquí en Arturo te pagan en negro a mes vencido y ya está, te lo dicen... es que ya ni te lo dicen, se entera uno por los compañeros".
Todos tienen claro cómo era el sistema de pagos. Un extrabajador que estuvo siete años explica de qué manera las condiciones de cobro se establecían desde un principio. "Todos los cargos intermedios -el jefe de cocina, el propio gerente, el gerente de gerentes- tienen un sobresueldo por asumir esa responsabilidad. Entonces te lo ofrecen, vas a ganar mil euros pero vas a tener un sobre de 500. Tú dices ¿Estos 500 me los podrías poner en nómina? Es imposible, porque conlleva mucho gasto, hay que pagar mucha seguridad social y bastante es que te pagamos a final de mes, eso es lo que te dan a entender", explica.
La empresa ni siquiera disimula esta práctica o evita las pruebas documentales. "Parece que se sentían impunes a cualquier tipo de ley". ¿Y la entrega de los sobres se hace a escondidas? "No, no, se hace abiertamente, si es día cinco y todavía no han llegado los sobres la gente se empieza a poner nerviosa. Oye ¿Qué pasa? ¿Vienen los sobres? Y cuando aparece el gerente por la puerta todo el mundo esboza una sonrisa porque viene el reparto del dinero".
Patricio Valle, prejubilado tras un accidente laboral en la cocina de uno de los centros, toda una vida dedicado a la hostelería, también cobraba en negro y se atreve a contarlo. "El sistema era ese, no había más. En dinero y en sobre. Te ponían, en mi caso 'Patrico Valle Pereda' y debajo la cantidad; 100, 80, 90 euros... Y punto". Demostrar que dice la verdad no le preocupa. A la pregunta de si Arturo Fernández, frente a él, dijera que está mintiendo, Patricio hace un silencio y reflexiona "Ha llegado un momento en este país en el que hay que levantar ya todas las cartas y decir, oiga, usted me pagaba en negro. Mal hecho por mi parte por aceptarlo, mal hecho por los sindicatos por no denunciarlo, pero me pagaba en negro. ¿Una miseria? Sí, pero usted me pagaba en negro y usted es el jefe de los empresarios madrileños".

Fuentes jurídicas e inspectores de Trabajo consultados por esta emisora aseguran que el presidente del Grupo Arturo Cantoblanco, Arturo Fernández, estaría evitando cotizar distintas retribuciones y horas extra de sus trabajadores. Según la cantidad, supone desde primeros de este año un delito por posible fraude a la Seguridad Social y contra la Hacienda pública. Además, al no dar opción a sus empleados de cotizar esa parte del sueldo, podría incurrir en otro posible delito contra los derechos de los trabajadores.

El buen periodismo dispuesto a pervivir







#estefuertenoserinde

Javier Valenzuela
No nos rendimos, por supuesto.
Resistiremos mientras nos queden agua, víveres, municiones y energía.
Aún más, haremos alguna salida nocturna al campamento donde vivaquea el enemigo. Es tan soberbio, está tan convencido de la inexorabilidad de su victoria, que seguro que tiene la guardia baja. Golpearemos, le haremos daño, acortaremos nuestra desventaja.
Y no nos llamen numantinos. No tenemos vocación de mártires, ni aspiramos a que se nos recuerde como a los defensores de Masada, esos perdedores románticos.
La palabra claudicación, ciertamente, no existe en nuestro vocabulario; preferimos resistencia, aquella que termina conduciendo a la victoria. Como, por ejemplo, la Résistence, aquel puñado de gabachos que, reunidos en un bistró, se conjuraron contra los nazis en un momento en que casi todo el mundo decía que Hitler era invencible. O como Stalingrado, donde los rusos le zurraron la badana al tal Hitler. O como Berlín 1948, cuando los americanos le pararon los pies a Stalin, que, entiéndannos bien, esto no va de politiquería.
O si lo prefieren, como la aldea gala de Astérix.
Somos periodistas. Ni borrachos pensamos que el periodismo ha muerto. Mientras el ser humano tenga sed de historias reales que le hayan ocurrido a otros seres humanos, y mientras exista gente dispuesta a contarlas, el periodismo no morirá.
Sabemos lo que pueden estar pensando: sí, hay empresarios y directivos que han izado la bandera blanca. Proclaman la muerte del periodismo y se pavonean de su propia conversión al mundo de las finanzas y el espectáculo. ¿Saben una cosa? En realidad esos tipos eran Quinta Columna, jamás fueron de los nuestros, jamás fueron periodistas.
#estefuertenoserinde
Nuestro hermano Lobo, Ramón Lobo, ha inventado este hashtag en Twitter. Alude al periodismo. Cuenta qué películas veíamos de niños y con qué espíritu atravesamos esta noche tormentosa.
Aquellas eran películas de casacas azules o legionarios franceses asediados en sus fuertes por indios o beduinos muy superiores en número. Sus contextos colonialistas resultan hoy políticamente incorrectos, pero no era eso lo que despertaba nuestro entusiasmo infantil. Lo que aplaudíamos, y lo que nos dejó huella, era contemplar la indestructible fortaleza que supone un grupo de gente unida y resuelta que se niega a capitular.
Así que por mucho que les fastidie a los banqueros, los grandes empresarios y los políticos corruptos, defendemos la posición canturreando el No surrender, de Bruce Springteen: "Hicimos una promesa que juramos recordar siempre: no hay retirada, cariño, no hay rendición".
Nada está escrito en las estrellas o en algún libro sagrado. Ni la derrota ni la victoria.
La derrota es impensable, la victoria es posible.
Nadie dice que sea fácil.

Una gran exclusiva de infoLibre




Los documentos de Bárcenas que ‘acusan’ a Montoro

Por Manuel Rico - Publicado el
Los extraordinarios ingresos de Mariano Rajoy en tiempos de crisis, los 22 millones de euros en una cuenta suiza de Luis Bárcenas y los presuntos sobresueldos en negro de la cúpula del PP han dejado en un segundo plano otro escándalo extraordinario: el uso de la regularización fiscal del ministro Cristóbal Montoro como un coladero para blanquear dinero de dudosa procedencia.
El abogado de Bárcenas presentó en la Audiencia Nacional, el pasado 29 de enero, tres documentos que demuestran que el extesorero del PP ha utilizado la amnistía de Montoro. Además de dejar en evidencia la versión oficial de Hacienda, que llegó a emitir un comunicado negando que se hubiese aprovechado de la regularización fiscal, los documentos de Bárcenas demuestran lo sencillo que se lo puso Hacienda a los defraudadores: con bajarse de Internet el modelo 750 de la Declaración Tributaria Especial (DTE) y rellenarlo en unos minutos… todos los pecados fiscales quedaban perdonados.
Los tres documentos de Bárcenas que infoLibre reproduce íntegramente contienen lo siguiente:
  • Documento 1: el modelo 750 presentado por Tesedul S.A., la sociedad de Bárcenas titular de los fondos existentes en las cuentas suizas de Dresdner Bank y Lombard Odier. El extesorero del PP se limitó a regularizar los ejercicios no prescritos, de forma que declaró una base imponible de 10.988.040 euros y consideró que los años de estafa a Hacienda quedaban saldados con el pago de 1.098.804 euros, el 10% de multa con el que Montoro quiso atraer el capital de los defraudadores.
  • Documento 2: la declaración complementaria presentada por Tesedul S.A. respecto al Impuesto de Sociedades del año 2011, ya que los abogados de Bárcenas consideraron que dicho ejercicio no podía acogerse a la amnistía fiscal. En dicho documento se reconoce que el valor de los activos de la sociedad, a fecha 31 de diciembre de 2011, era de 19.443.587 euros.
  • Documento 3: Los justificantes del pago de la regularización fiscal a través de una cuenta abierta por Tesedul S.A. en Bankia.
En uno de los documentos se refleja que los dos testaferros utilizados por Bárcenas en Tesedul S.A. eran un matrimonio uruguayo, formado por Daniel Ángel Pérez Blanco y Cristina González Silvestri, cada uno de ellos dueño en teoría del 50% de las participaciones. Como informó Vozpópuli, la pareja se vio salpicada por un escándalo de tráfico de armas en Argentina que sentó en el banquillo al expresidente Carlos Menem.
A Cristóbal Montoro le quedan muchas explicaciones que dar sobre la amnistía fiscal. Los socialistas han pedido su reprobación en el Congreso, que podría votarse el próximo 19 de febrero. Es obvio que la mayoría absoluta del PP le evitará el oprobio parlamentario al ministro, pero otra cosa es el escándalo público que provoca un hecho ya innegable: la regularización fiscal diseñada por el Gobierno de Rajoy ha sido utilizada por el extesorero del PP para blanquear un mínimo de 19 millones escondidos en sus cuentas suizas. Es cierto que Hacienda intenta ahora que la Justicia anule la regularización de Bárcenas, alegando que no podía acogerse a ella al estar imputado. Y el juez Pablo Ruz investiga si otra veintena de imputados en la ‘Gürtel’ pudieron beneficiarse de la amnistía. No

domingo, 10 de febrero de 2013

Y luego dicen que todos somos iguales




El Confidencial, diario de información en español

La Caixa otorgó a Urdangarín y la Infanta un crédito hipotecario 'gratuito' los 4 primeros años

La Caixa dio a Urdangarín y la Infanta un crédito hipotecario 'gratuito' los cuatro primeros años

José Luis Lobo 10/02/2013  
​La Caixa concedió en 2004 a Iñaki Urdangarín y la infanta Cristina de Borbón un crédito hipotecario gratuito de cinco millones de euros durante cuatro años para que la pareja comprase su lujoso palacete de Pedralbes, en Barcelona, que ahora puede ser embargado por el juez. La entidad, entonces presidida por Ricardo Fornesa, aprobó una hipoteca de tan elevado importe pese a que el yerno del Rey declaró aquel año unos ingresos de apenas 36.000 euros, y tampoco cobró a su cliente un sólo euro en concepto de comisión.
​Según consta en la documentación remitida por La Caixa al juez José Castro, instructor del caso Urdangarín, la entidad financiera concedió a los duques de Palma el 15 de octubre de 2004 una cuenta de crédito con garantía hipotecaria por un importe de cinco millones de euros y un interés de Euribor más 0,5% a 30 años. Lo más sorprendente es que el crédito tenía un periodo de carencia de cuatro años, una cláusula excepcional incluso para aquella época de bonanza, según han confirmado a El Confidencial fuentes de los sectores bancario e inmobiliario.
​Eso significa que Urdangarín y la infanta Cristina no pagaron ni un euro de capital durante los primeros cuatro años, y que en ese periodo de tiempo únicamente abonaron intereses. Solo a partir del quinto año -y hasta 2018-, los duques de Palma debían desembolsar 100.000 euros anuales de hipoteca; 200.000 euros anuales entre 2018 y 2028, y 300.000 euros desde entonces hasta 2033, fecha del vencimiento final. La Caixa, además, tampoco cobró a la pareja ninguna comisión: ni de estudio, ni de apertura ni de disponibilidad (la que se paga por el límite del crédito contratado y no utilizado).
​Según la documentación requerida a La Caixa por el juez Castro, a la que ha tenido acceso El Confidencial, y que incluye la declaración de la renta de Urdangarín, éste declaró en 2004 unos rendimientos del trabajo de 36.000 euros; es decir, un salario bruto de 3.000 euros al mes en 12 mensualidades. Pese a tener unos ingresos tan moderados, La Caixa no dudó en conceder al yerno de don Juan Carlos un crédito hipotecario de cinco millones de euros. Hasta la fecha, los duques de Palma han dispuesto de 3,6 millones de euros de ese capital, el 77% del total concedido.
​ Fuentes financieras muy cercanas a La Caixa han asegurado a este diario que, pese a disfrutar de unas condiciones tan ventajosas, Urdangarin y su esposa "no recibieron ningún trato de favor", y que ambos tuvieron "el mismo tratamiento que cualquier otro cliente". Y ello a pesar de que la infanta Cristina es empleada de la entidad financiera, en cuya fundación desempeña el cargo de directora del Área Internacional. Sin embargo, otras fuentes financieras e inmobiliarias sostienen que las cláusulas del crédito hipotecario de los duques de Palma fueron mucho más ventajosas que las habituales del mercado.
​Los duques de Palma pagaron finalmente 5,8 millones de euros por el palacete de Pedralbes a su entonces propietario, Mario Herrera. Y se gastaron casi dos millones más en obras de reforma y mejora, ya que el estado general del inmueble, situado en uno de los barrios más exclusivos de Barcelona, "es algo deficiente, pues a lo largo de su vida no ha tenido ningún tipo de rehabilitación". Así figura en el certificado de tasación del palacete elaborado en septiembre de 2004, un mes antes de que La Caixa concediera el crédito hipotecario a Urdangarín y la Infanta. Según ese certificado, "se trata de una vivienda muy singular" que, además, "ofrece grandes dosis de privacidad"

Ideas para discutir una salida a la crisis

el país 

Cómo reconstruir el futuro

Las instituciones no afrontan con eficacia la grave crisis política en España. EL PAÍS propone diez reformas y pactos para defender la democracia y el progreso económico

El País 10 FEB 2013
Con ser muy grave la crisis económica por la que atraviesa España, con su dramática consecuencia de seis millones de parados y un empeoramiento general del nivel de vida, su importancia palidece si se la compara con la crisis política e institucional que el país afronta, y que se ha agudizado con las crecientes sospechas sobre la financiación irregular del partido en el poder. Coincide esta situación con el final de un ciclo histórico y la apertura de una nueva etapa llena de incertidumbres. Algunas de las cuestiones que se plantean no son exclusiva ni prioritariamente españolas. Se deben al impacto de la globalización o a las dificultades que tienen muchas naciones para adaptarse a las nuevas reglas de juego que esta implica. Las inquietudes en torno al futuro de la Unión Europea y la moneda única forman parte de esos desequilibrios que afectan también a nuestra situación nacional. Requieren soluciones globales y compartidas que escapan a las exclusivas capacidades de los gobernantes y líderes sociales de nuestro país, aunque también sea responsabilidad suya cooperar en la superación de esas circunstancias. Pero nos hallamos, asimismo, ante problemas originados dentro de nuestras fronteras que añaden fragilidad a la fragilidad, y cuya solución resulta urgente e inevitable abordar.
La mayor parte de las instituciones emanadas de la Constitución de 1978 y del ordenamiento social que propició se muestran claramente incapaces para hacer frente a los desafíos no ya del inmediato futuro, sino del presente mismo. Azuzados por los sacrificios y renuncias que la política de austeridad conlleva, aumentan los sentimientos de escepticismo e incredulidad respecto a la capacidad de nuestros líderes para atender a las demandas de los ciudadanos. Entre acusaciones de corrupción, descrédito de la generalidad de la clase política, denuncias de ineficiencia y protestas por las violaciones de derechos que se consideraban adquiridos de forma permanente, crece la desafección popular hacia el sistema que ha generado mayores niveles de bienestar, democracia y libertad en toda la historia de España. Todo ello sucede además en el marco de una ruptura generacional, cuyos rasgos más definitorios son las dificultades de los jóvenes para encontrar empleo y la nueva facilidad y virulencia con que se expresa su justificado descontento en las redes sociales.
En momentos como este es preciso defender la continuidad de la democracia y el progreso económico y social frente a la creciente fragmentación que nuestro país padece en todos los órdenes. Debemos garantizar que los valores fundamentales que justificaron la Transición y fructificaron con ella no se pierdan en medio de las turbulencias actuales; y que el relevo en las instituciones de poder y en la articulación de la nueva sociedad lo protagonicen las nuevas generaciones, como es su derecho y responsabilidad, asumiendo las lecciones del pasado más reciente y el valor de la experiencia y la sabiduría de sus mayores.
Esta verdadera Segunda Transición, tan distante de la que nos querían vender los resucitados fantasmas de la España profunda, debe servir para profundizar en los valores democráticos y preparar a la sociedad española para los retos del siglo XXI. Para ello ha de basarse en reformas concretas y urgentes. Confiar en que el paso del tiempo contribuirá a resolver los problemas es un rotundo error. Precisamente el tiempo trabaja contra nosotros y un Gobierno paralizado, presa de la incredulidad de los ciudadanos, o una repetición de los retrasos e indecisiones con los que inauguró la legislatura, no harán sino empeorar las cosas.
Los españoles se preguntan con razón qué es preciso hacer. La respuesta no es difícil, aunque sí la implementación de esas acciones. He aquí un decálogo de tareas que pueden y deben ayudar a rescatar el sistema emanado de la Transición política de las amenazas que se ciernen sobre él. Naturalmente son propuestas discutibles, pero no se debe dudar respecto a lo inequívoco de los problemas planteados. Si no se afrontan cuanto antes la desafección ciudadana hacia el sistema acabará pasándonos factura.
1. Ley de Partidos
Que garantice la democracia interna y la transparencia de las formaciones políticas, con normas democráticas en su funcionamiento interno. Debe imponer un sistema de financiación transparente y un control eficaz e independiente de sus cuentas llevado a cabo con periodicidad anual, con sanciones que lleguen incluso hasta la disolución en caso de incumplimiento. La norma puede vincularse a las regulaciones establecidas en la Ley de Transparencia y permitir que los ciudadanos puedan solicitar a un partido documentos relacionados con su funcionamiento. Los cargos imputados en procesos judiciales deberían ser suspendidos en sus funciones orgánicas hasta que se aclare su situación.
2. Ley Electoral
Es preciso sustituir el actual sistema de listas cerradas y bloqueadas por otro que permita a los ciudadanos negar su voto a candidatos concretos que no consideren dignos de su confianza. Hay que revisar el principio constitucional que determina a la provincia como distrito electoral, que en el caso del Senado debe estar referido a las autonomías. La distribución de escaños debe potenciar la proporcionalidad del sistema, de modo que cada diputado elegido represente a un número razonablemente equiparable de votantes. Ha de regularse de forma transparente la financiación de las campañas electorales, reduciendo su actual duración, innecesaria en una sociedad con tantos y tan variados medios de comunicación, y establecer criterios claros y eficaces para la adecuada utilización de las redes sociales en tiempo electoral.
3. Reforma de la Administración
Una reforma y modernización de las Administraciones públicas debe eliminar la duplicación de estructuras y funciones para adaptar el tamaño del Estado y el gasto a los nuevos perfiles de la sociedad del bienestar y a las características de la organización territorial de España y de la UE. Es preciso reducir el número de municipios, recurrir a gestores técnicos donde sea necesario, regular el sueldo de los alcaldes, fiscalizar los presupuestos con agencias independientes y revisar el sistema de oposiciones y de cuerpos de funcionarios. El Estatuto Básico del Empleado Público debe contribuir a profesionalizar la dirección de la gestión, limitando la designación política de altos cargos para protegerlos de interferencias. Debe garantizarse efectivamente, contra lo que ahora sucede, un acceso adecuado a la información sobre la gestión de las Administraciones, que facilite la rendición de cuentas de los gestores y el juicio crítico por parte de los administrados.
4. Estatuto de la Corona
A fin de establecer los deberes y las responsabilidades del titular de la misma. Tiene que ordenar, mediante caución parlamentaria, el funcionamiento de la Familia Real, garantizar la absoluta transparencia de los gastos atribuibles no solo a sus personas físicas, sino al funcionamiento general de la Casa. Y, como en el caso de la Ley de Partidos, estar vinculado a las regulaciones establecidas en la Ley de Transparencia.
5. Pacto por el empleo y las pensiones
Con la participación de Gobierno, partidos políticos, centrales sindicales y organizaciones empresariales. Resulta necesario articular un consenso que culmine la reforma laboral y corrija sus carencias y desequilibrios. Establecidas las bases de contratación y despido, es urgente impulsar las políticas activas de empleo en un país con seis millones de parados. Hay que poner en marcha un programa de subvenciones directas (nacionales y europeas) dirigidas a las pequeñas y medianas empresas para la creación de puestos de trabajo especialmente orientados a los jóvenes. El pacto debe financiarse con aportaciones de fondos europeos, en el marco de un acuerdo en la eurozona. Las ayudas previstas en el presupuesto de la Unión son del todo insuficientes para hacer frente a la gravedad del problema.
Es necesaria una reforma en profundidad del sistema de pensiones que tenga en cuenta, entre otras cosas, la mayor esperanza de vida de la población. Dicha reforma no puede hacerse unilateralmente por ningún partido, cualquiera que sea la mayoría parlamentaria de que disfrute. Hace falta garantizar la sostenibilidad del sistema y mejorar la correspondencia entre cotización y pensión.
6. Reforma de la Justicia
La Administración de Justicia es el único poder del Estado que no se democratizó en la Transición. Como prestadores de un servicio público, los jueces deben contar con una mejor y más eficiente organización y con mayores recursos y medios. Debe potenciarse la coordinación de la justicia, en la que ahora intervienen funcionarios pertenecientes hasta a cinco cuerpos distintos que a su vez dependen, según los casos, de la Administración central o de la autónoma. La igualdad de los ciudadanos ante la ley, el derecho a la tutela judicial efectiva y el derecho a un juicio justo están reducidos muchas veces en la práctica a meras declaraciones, pues el funcionamiento de los tribunales no es nunca rápido ni resulta siempre eficaz, por lo que hay que aumentar significativamente el número de jueces. Hace falta revisar las normas procesales para que, manteniendo las garantías básicas, puedan agilizarse los juicios y sea adecuadamente protegida la presunción de inocencia ante la llamada “pena de telediario”. El Gobierno debe renunciar a su actual política sobre tasas judiciales.
7. Pacto por la educación
La política general sobre enseñanza —y los planes de estudio— no puede ser revisada cada vez que un partido llega al poder. El futuro de las economías avanzadas descansa sobre las estrategias de educación, formación de capital humano e investigación. Hay que sentar las bases que lo garanticen y que establezcan criterios para gestionar recursos, establecer incentivos e introducir controles, independientemente del color político de quienes gobiernen. La enseñanza concertada, que se beneficia de las subvenciones, debe garantizar la igualdad de oportunidades y no ejercer prácticas discriminatorias de sexo o religión. Deben establecerse evaluaciones públicas de los centros de enseñanza, de modo que tengan repercusión en la carrera profesional de sus responsables.
8. Pacto por la sanidad pública
Es necesario preservar y mejorar el sistema de sanidad pública para mantener los elevados niveles del servicio que durante años hemos sabido construir y que hacían del modelo español de salud, cualesquiera que fueran sus defectos, algo digno de sostener y perfeccionar. El Estado debe garantizar la cobertura universal, revisando los errores detectados a la hora de transferir la gestión a las autonomías. Es preciso controlar los resultados de la gestión pública y fiscalizar el cumplimiento de los acuerdos con las empresas concertadas, eliminando la posibilidad de acometer inversiones públicas en beneficio exclusivo de la rentabilidad de la gestión privada. Un programa semejante demanda un gran consenso entre los partidos políticos.
9. Un Estado federal
El Estado de las autonomías debe reconvertirse en un modelo típicamente federal, que establezca una lista cerrada y concreta de las competencias y atribuciones del Gobierno central y permita a los Estados federados desarrollar sus propias capacidades de autogobierno sin interferencia alguna, sobre la base de los principios de corresponsabilidad y eficacia. La reforma pasa por revisar el sistema de financiación autonómico, el reparto de transferencias y el déficit de responsabilidad fiscal de los Gobiernos autónomos. Muchos técnicos constitucionalistas consideran que esta transformación, que permitiría un nuevo encaje de los nacionalismos, no es difícil si existe verdadera voluntad política para emprenderla.
10. Reforma de la Constitución
Este programa de recuperación de nuestra vida política exige en muchos aspectos una reforma de la Constitución de 1978. La reforma misma no es un objetivo, sino un instrumento para hacer frente a las nuevas realidades. Contra lo que muchos piensan —movidos por el temor a que la apertura de un proceso de este género añada confusión y caos al panorama—, la mejor forma de empezar a poner orden en el actual barullo es adaptar nuestra Carta Magna a los tiempos presentes y venideros, simplificando su redacción, despojándola de ataduras del pasado e incorporando cuestiones relativas a la nueva sociedad global y digital que no existía cuando fue redactada. La reforma debe llevarse a cabo mediante los procedimientos ya establecidos en las leyes, dirigida por una Comisión de las Cortes en la que estén representados con adecuada proporcionalidad todos los partidos políticos del arco parlamentario, no sometida necesariamente a la aritmética de poder que salió de las urnas en las elecciones de 2011, pero respetando los equilibrios emanados del voto popular en dichas elecciones.
Es tarea de nuestros líderes políticos encabezar un proceso de ese género, aun conscientes de su impopularidad y falta de credibilidad entre los ciudadanos. Si son capaces de hacerlo prescindiendo de cualquier sectarismo ideológico o voracidad del poder, la crisis institucional española puede ser conjurada. Pero si, acosados por la opinión y las sombras de su pasado, se enrocan en su ensimismamiento y hacen oídos sordos a las demandas de la ciudadanía, el régimen emanado de la Constitución de 1978 correrá innecesarios riesgos en el próximo futuro.

Editorial de El País

Ana Mato debe dimitir

La ministra no puede seguir perjudicando al presidente con su presencia en el Gobierno


El presidente del Gobierno ha renovado públicamente su confianza en la ministra de Sanidad, Ana Mato, precisando que lo hace porque le parece “justo”. Mariano Rajoy se enfrenta así a la oposición, a la mayoría de la opinión pública e incluso a sectores de su partido que presionan para que Mato abandone el Gobierno. La ministra se ha convertido en un lastre para la cúpula del PP, sobrada de problemas. Debería retirarse con urgencia del primer plano, aunque solo sea por no perjudicar más a su jefe político, Mariano Rajoy, que manifiestamente no quiere o no puede tomar la iniciativa.
Un valor fundamental en un equipo de dirigentes es la lealtad. Pero eso no debe traducirse en quedarse todos quietos hasta que escampe. La política española tiene mucho que aprender en cuanto a hábitos y costumbres de los países más democráticos. Un ex ministro británico, Chris Huhne, abandonó la política hace una semana al descubrirse que había convencido a su mujer, 10 años atrás, para que asumiera la pérdida de puntos por una multa de tráfico que le correspondía a él. El laborista Peter Mandelson dimitió dos veces, una por no declarar un préstamo recibido de un compañero, y otra por supuestas gestiones para la concesión de pasaporte británico a un millonario indio. Karl-Theodor zu Guttenberg, ministro alemán de Defensa, renunció por plagio en su tesis doctoral, y ayer hizo lo propio la ministra de Educación, Annette Schavan, por un caso similar. ¿Se trata de grandes delitos, enormes corrupciones? No: la mayoría son conductas incorrectas, que la opinión pública no asume en las democracias abiertas. Tampoco es insólito que el líder prescinda de su mejor amigo, como hizo Bill Clinton en 1994 con su entonces jefe de gabinete (en la práctica, el primer ministro en Estados Unidos), Mack McLarty, cuya amistad se remontaba al colegio.
No hay duda de la lealtad de Mato a Rajoy, ni del éxito de la campaña electoral que dirigió en 2011. Y es posible que se haya separado en 2000 de su marido, Jesús Sepúlveda, y de ahí su resistencia a admitir que se haya beneficiado del dinero dedicado por empresas de la trama Gürtel a regalos, viajes y fiestas del matrimonio Sepúlveda-Mato. Pero ella no formalizó esa separación hasta muchos años más tarde. Si no lo sabía (y eso ya la descalifica), ahora ya sabe que los fondos con que se pagaban viajes y fiestas tenían un origen sospechoso.
Ana Mato debería retirarse del Gobierno, sin prejuzgar culpabilidades o inocencias futuras. No es la única que debería hacerlo, pero su caso es el más claro en este momento. El jefe del Ejecutivo no puede seguir dedicando tanto esfuerzo a defenderla cuando afloran gastos personales de políticos pagados por presuntos corruptores. Como tampoco se entiende que la dirección del PP defienda con tanto ahínco la nómina del exmarido de Mato a título de empleado del partido, pese a su implicación en el caso Gürtel.

Un dedo más en la llaga del gobierno derechista

España, ¿una oligarquía antisocial y de saqueo?

Pedro Costa Morata * -

Ha sido suficiente que transcurra el primer año de gobierno del PP regresado al poder y empleado a fondo en las políticas que le son propias (que no son aquellas a las que se comprometió en la última campaña electoral) para que por enésima vez en la historia de España nos estemos dando de bruces con una oligarquía activa, expansiva, acaparadora y delicuescente, constituyente decisivo del Estado actual y en abierta contradicción con lo que define la Constitución.
La oligarquía es una casta solidaria que busca enriquecerse apoderándose del poder político usufructuándolo en beneficio propio. El poder político se apoya en el poder económico y éste en aquél, y en definitiva ambos se realimentan reforzando los vínculos cruzados y comunes, incrementando las interrelaciones y la identificación entre ellos. El mecanismo que se ha ido desarrollando en los últimos tiempos, el de las “puertas giratorias” –es decir, políticos que van  a los negocios y hombres de negocios que entran en la política– ha desvelado hasta qué punto las empresas reciben a políticos directamente implicados en decisiones (como en la sanidad) que durante su mandato las han beneficiado.
Esto mismo se percibe en el trabajo legislativo, con leyes y disposiciones “a medida”, en clara desviación de la legalidad en beneficio –generalmente, económico– de socios, clientes y benefactores. Como sucede con la Ley de Costas, con respecto de la cual ya se han señalado ciertos beneficiarios directos que aúnan nombres muy de primera fila en esa oligarquía tan activa: como Del Hierro (esposo de Cospedal) y Villar Mir (donante en los papeles de Bárcenas), empresarios interesados en una ley favorable; y al mismo Arias Cañete, ministro del ramo, él mismo empresario y compadre en algunos negocios inmobiliarios con Del Hierro, además, claro, de adalid de ese “poner en producción la costa”.
O las reformas de Ruiz Gallardón en el ámbito judicial, que a más de prever las borrascas que habrán de cernirse sobre el PP por los abusos contra la población y la extensiva corrupción en su ámbito, persigue penalizar y restringir el acceso ordinario a la justicia, controlar (¡más!) al poder judicial y adelgazar esa administración como servicio público. O la no menos militante actuación del ministro Montoro, cumpliendo con las sospechas despertadas sobre el uso perverso de su sabiduría (asesoraba a empresas para que pagaran lo menos posible a Hacienda) para beneficiar directamente a golfos y pillos relacionados con ese clan: ahí tenemos su amnistía fiscal y el caso de Bárcenas, con sus diez millones de euros regularizados.
Una oligarquía siempre aparece descrita y compuesta de la misma forma: una comunidad íntima de intereses entre el clan que gobierna y líderes económicos, una maraña de relaciones entre cargos políticos y poderes empresariales, sin que se trate en ningún momento de disimular el arribismo más irritante, que incluye a la parentela sanguínea. Actúa la familia, en el sentido más político y menos literario del término… con esa defensa cerrada sistemática de todos y cada uno de sus miembros cuando resultan cuestionados. Los ejemplos puestos en evidencia en los últimos tiempos son muy numerosos, aunque siga llamando la atención esa prosapia decimonónica de caciques y dinastas con chulería, tipo Fabra y Baltar.
El caso Carromero, indicativo  de la protección de su familia política tras ser condenado en Cuba y recibido poco menos que como un luchador contra la dictadura castrista, es de libro. Y siempre mantienen su importancia sonoros apellidos procedentes del franquismo, adoptados de forma natural por el PP: Calvo-Sotelo, Fernández Cuesta, Arias Salgado, Lora Tamayo… A lo que hay que añadir las oligarquías localistas –tipo CiU– que exhiben un nacionalismo oportunista y victimista cuando sus históricas y más profundas pretensiones han sido enriquecerse y medrar.
Faltaba –y llegó, oportuna para encrespar más los ánimos del español medio– la presencia, rediviva, de las miserias de la monarquía, de modo especial en el abominable asunto Urdangarín, que la afecta directa y cercanamente; caso que tan deportivamente ha enganchado con la corrupción ordinaria y al uso, asumiendo en este caso los rasgos más descarados, los presentes en Baleares y la Comunidad Valenciana. Esto se convierte en una invitación a que los españoles tengamos que mostrarnos menos y menos complacientes con una monarquía reinstalada mediante una jugada histórica, tras ser tan limpiamente liquidada en 1931, y aceptada por aquel famoso consenso por aquello de que contribuiría a acabar con el “histórico enfrentamiento entre los españoles” (pero sin consultarlos).
Y aunque los nombres propios abominados son legión en este momento de indignación creciente que el país vive, seguramente nadie reúne con tanta perfección los rasgos de esta oligarquía que nos empobrece y humilla como María Dolores Cospedal, número dos del PP, presidenta de Castilla-La Mancha y senadora, que se hace merecedora de una concienzuda monografía personal, quizás de una tesis doctoral en Políticas, Psicología, Sociología, Antropología… o una mezcla de todo ello: ¡tan rica es su personalidad, tan notable es la obra política que va dejando! No es posible resumirla en dos trazos, pero si hubiera que resaltar algo en su personalidad –y coincidiendo con aquel “Si la pinchan no sangra” del genial Juan José Millás– habría que aludir a la frialdad con que desafía permanentemente a la verdad: su inmensa capacidad para la hipocresía. Con sonrisa leve, forzada y de reglamento, tan propia del ejercicio político de varias lideresas del PP, afronta imperturbable lo que le echen, negando la realidad e insultando nuestra inteligencia; ha llamado especialmente la atención que fuera risa abierta lo que su rostro expresaba al verse abucheada por los vecinos de Motilla del Palancar, que le afeaban el cierre de las urgencias en el medio rural de la región de la que se enseñorea; puede que esto marque el inicio de su declive.
Estas risas y sonrisas acompañan a la terrible cura de austeridad a que viene sometiendo a esa región, donde se emplea a fondo en reducir y esquilmar todo lo público; y donde ha protagonizado ese fulminante regreso al siglo XIX al arrebatar el sueldo a los parlamentarios autonómicos: a partir de ahora harán política, bien los que tengan su fortuna personal, bien los que quieran hacerla con la política. Todo ello, con el objetivo de recortar, lo que no le impide ser tri-remunerada y hasta sobreada (según los papeles de Bárcenas), ni solidarizarse con un esposo especialmente activo en sus iniciativas empresariales, que incluyen algunas de tipo inmobiliario en el centro de Madrid cuyos afectados seguro que califican con muy duras palabras. (Incluso, reflejando aspiraciones ridículas, pero oligárquicas, Cospedal se empeña en “nobilizar” su apellido añadiéndole un de arrogante y fatuo.) Observando sus comparecencias evoco a Stendhal cuando describe en Rojo y negro  (cap. IX), en el entorno de 1830 y en un clima latente revolucionario, ciertas expresiones, humillantes y precisamente de mujer, señalando que “son las que han hecho los Robespierre”; pero al menos ya sabemos que, aunque de acero, esta mujer es oxidable y corruptible.
(*) Pedro Costa Morata es ingeniero, sociólogo y periodista. Premio Nacional de Medio Ambiente (1998).

Y eso que decía el PP que con Rajoy se acabaría el paro

Un año de la reforma laboral que ha destruido 850.000 puestos de trabajo

Desempleo

Se cumple un año de la reforma laboral los expertos y el Ministerio de Empleo siguen defendiendo la bonanza de la reforma, mientras los sindicatos consideran que ha empeorado el mercado laboral porque se ha convertido en una "máquina" de destruir empleo. El 10 de febrero de 2012 se aprobó la reforma laboral, que, según el Ejecutivo, ha sido la más profunda y ambiciosa que se ha acometido en España.
Pese a ello, y según los datos de la Encuesta de Población Activa (EPA), en 2012 el paro aumentó en 671.700 personas, hasta rozar los seis millones de desempleados y se destruyeron 850.500 puestos de trabajo.
Entre las medidas más controvertidas de la reforma están la reducción de la indemnización por despido improcedente en los contratos indefinidos de 45 a 33 días por año trabajado, con un máximo de 24 mensualidades frente a las 42 anteriores.
También que el despido objetivo (que permite a las empresas echar por causas económicas, organizativas, técnicas o de producción con una indemnización de 20 días por año trabajado) podrá aplicarse cuando la compañía tenga una caída de ingresos durante tres trimestres consecutivos.
El despido objetivo podrá aplicarse cuando la compañía tenga una caída de ingresos durante tres trimestres consecutivosLa reforma dota a las empresas de mayor flexibilidad para que, ante situaciones de crisis, no recurran al despido y que sea la última opción. Sin embargo, los últimos datos (de noviembre de 2012) reflejan que los expedientes de regulación de empleo comunicados habían aumentado un 66,25% frente al mismo periodo de 2011 (hasta 29.958) y afectaron a 406.810 trabajadores, el 45,8% más.
La mayoría de los ERE fueron pactados (27.239) y, de ellos, 12.784 fueron de suspensión temporal y 10.534 de reducción de jornada, en comparación con los 3.921 de extinción, que se mantuvieron en niveles parecidos a los de 2011.

Sindicatos vs Gobierno y patronal

El Gobierno está convencido de que si la reforma se hubiera acometido en 2011 se hubiera destruido la mitad de empleo, algo en lo que coincide la patronal CEOE, mientras que CCOO y UGT creen que los datos ponen de manifiesto el fracaso de la norma.
El Ejecutivo valora que en enero de 2013 se hayan firmado 1.101.819 contratos (un 5,72 % interanual más) y que de ellos, 100.609 fueran indefinidos, lo que supone un aumento de 22.245 (28,39%) respecto al mismo mes de 2011.
El presidente de la CEOE, Juan Rosell, cree que la reforma introduce elementos de flexibilidad que antes no existían, aunque precisa que todavía no hay suficientes elementos objetivos para juzgarla, porque suelen funcionar cuando la situación económica es normal.
Tajante, el secretario general de UGT, Cándido Méndez, considera que la reforma ni ha funcionado ni lo hará y no ha conseguido ninguno de los objetivos planteados por el Gobierno: no ha evitado que haya aumentado la destrucción de empleo y no ha posibilitado la flexibilidad interna.
El secretario de Comunicación de CCOO, Fernando Lezcano, cree que sólo ha servido para destruir empleo, devaluar los salarios y provocar más conflictividad social.
Otra consecuencia negativa que apunta es que el contrato de emprendedores no se está utilizando para hacer fija a la gente, sino para cambiar a trabajadores mayores por jóvenes y a indefinidos por temporales sin estabilidad alguna.
El director general del Instituto de Estudios Económicos (IEE), Joaquín Trigo, opina que, pese a los malos resultados del paro, la nueva ley permite ajustarse mejor a las empresas y, sobre todo, "ha quitado el miedo a contratar", según ha dicho esta semana. Se ha mostrado convencido de que la bondad de esta ley se verá en cuanto comience a reducirse el coste de la deuda y empiece a recuperarse la economía. El economista jefe de Intermoney, José Carlos Díez, valora que se haya reducido la ultraactividad de los convenios (la prórroga automática cuando expiraban) y que haya bajado el coste del despido procedente.
Pese a ello, ha señalado que las leyes y las reformas no crean empleo y que la combinación de recesión, "austericidio" y bajada de despidos ha sido "desastroso" y ha provocado el despido de 900.000 contratos indefinidos, un "récord histórico". Para los autónomos de UPTA y ATA la norma favorece más a los que tienen asalariados a su cargo y apenas afecta a los emprendedores sin plantilla.

Humor y humores















Llamamiento cívico

 
Democracia real YA


La situación económica y política en España continúa deteriorándose a pasos agigantados. En este contexto, siguiendo las indicaciones de la Troika formada por Bruselas, el BCE y el FMI, el PP, en connivencia con otros partidos del Sistema, ha lanzado un ataque brutal contra los servicios públicos de sanidad y de enseñanza. Tanto uno como otro, de tener éxito, pueden significar un retroceso social sin precedentes y una pérdida gigantesca de derechos, así como una casi completa indefensión sanitaria y educativa para la mayor parte de la población, por no hablar de una cesión de Soberanía muy complicada de recuperar de manera incruenta.
Por todo ello y otros motivos, el Frente Cívico Somos Mayoría, propuesto por D. Julio Anguita, también se suma a la Marea Ciudadana del 23F.


¡Juntos podemos!

Reflexiones de escritora ante la que está cayendo

TONTOS SOMOS TODOS

Por Lucía Etxebarria
He leído una encuesta sobre intenciones de voto y he comprobado con horror que la abstención sube. Queridos todos: ¿ Cuántas veces tengo que repetir que por culpa de la abstención el PP tiene mayoría absoluta,  que por culpa de la abstención estamos donde estamos,  que la abstención beneficia siempre al partido que haya obtenido más votos de entre los que no se han abstenido?
En nuestra sociedad narcisista ya no hay límites a los deseos y por lo tanto no hay nada que desear. Todo parece posible y da la impresión de que todo nos es debido. Hemos perdido el sentido de lo prohibido y de la renuncia. Ese importante cambio ha afectado a la psicopatología de los individuos, que jamás se han sentido tan decepcionados y desencantados y que buscan desesperadamente la forma de recuperar la autoestima.“  (El abuso de debilidad)
En “El abuso de debilidad” Marie France Hirigoyen hace un muy interesante análisis de cómo una sociedad en la que predomina el narcisismo, y en la que el narcisismo se alienta y se recompensa, es una sociedad que se hunde.
Estamos hartos de leer en los medios de comunicación historias de corrupción, fraude, estafas y mentiras a gran escala. No solo los tóxicos prosperan socialmente, sino que ni siquiera necesitan disimular sus fechorías. No van a la cárcel porque ya se han encargado de sobornar a jueces y magistrados.
Los aspectos que caracterizan a los tóxicos (encanto, mentiras, seducción, ausencia de escrúpulos, incapacidad de aceptar la culpa, habilidad para proyectarla en otros) se han convertido en las cualidades que se requieren para trepar en una empresa y/o en la política.
Lo único que importa es que no te pillen.
La manipulación se ha profesionalizado, ya hay agencias y coachs que entrenan a los políticos para seducir y mentir a gran escala. Saben pulir a su cliente para hacerle seductor,  torcer los hechos para presentarlos de una manera favorable, manipular noticias para culpar a otros, practicar la desinformación, desacreditar a los rivales, amañar una red de mentiras para hundir a un adversario…
La frontera entre mentira y realidad se ha difuminado.
La corrupción y la estafa han dejado de ser la excepción para pasar a ser la norma.
Vivimos en un país fracasado, tocado y hundido. Un barco al que ha arrastrado al fondo una tripulación que no sabía pensar en el bien común, en el que desde el capitán al grumete, pasando por los marineros, han ido robando provisiones de la bodega y vendiendo las cartas de navegación. Un país saqueado, carcomido por la mentalidad colectiva de la corrupción, el engaño, el chanchullo, el yo-y-mis-amigos… El nosotros contra ellos. El ” y tú más”.
Un país en el que en plena crisis se indulta a los corruptos y a los que prevarican, y se contrata con sueldos millonarios a los que han hundido un banco. Un país en el que se reflotan los bancos con dinero público para que luego estos bancos se lo presten al Estado a un tipo de interés alto. Un país lleno de aeropuertos sin aviones y estaciones sin pasajeros. Punteado de delirios arquitectónicos que se fingían edificios icónicos. Constelado de ciudades de las artes, ciudades de la cultura, ciudades de la justicia, ciudades de la luz, ciudades de la ciencia… de ciudades con las arcas arruinadas.
Nos gusta creer que los culpables de la crisis son los políticos, que son corruptos irremediables. Y pensamos sin remordimiento que las pequeñas corruptelas que vemos a nuestro alrededor son minucias sin importancia…
Piense usted en quienes conoce.
La camarera de bar que está cobrando el paro y trabaja en negro; la dependienta que se despidió del trabajo para cobrar el paro e irse a hacer un viaje a Tailandia; la profesora de instituto que fingió una baja por depresión y que se pasó un año viviendo alegremente del Instituto Nacional de la Seguridad Social; la señora que, tras un accidente, llevaba un collarín innecesario para fingir una lesión cervical que no existe y cobrar del seguro y de la Seguridad Social; las agencias inmobiliarias que cuando te iban a vender un piso te advertían de antemano que una parte debía pagarse «en B» e incluso se permitían escribírtelo por mail, sin miedo a que quedara constancia; la vecina que obtuvo una plaza de guardería saltándose la lista de espera porque su cuñado trabaja en la Consejería de Educación, la madre de la Campanario,  la hermana de Cospedal, el hermano de Guerra, el yerno de Fabra, el yerno del Rey…
A su alrededor, ustedes conocen miles de casos como éstos.
Cuando  nos ponen la realidad ante los ojos no es tan fácil ya decir eso de que la culpa es de los políticos.
La corrupción integrada está en nuestra cultura, y éste es un hecho innegable.
Seguro que han visto ustedes en telefilmes o en películas americanas cómo si a un alumno de una high school americana le pillan copiando en un examen o descubren que alguien le ha hecho un trabajo, eso significa su inmediata expulsión y la extinción de cualquier remota posibilidad de que ese alumno llegue algún día a la universidad. En institutos y universidades españolas, copiar, sin embargo,  se considera lo normal. A nadie le expulsarían por eso.
¡Si a la propia madre de la princesa Letizia la pillaron con una chuleta en un examen, y la señora no era una adolescente, precisamente!
De la misma forma nadie se escandaliza aquí si su hermano le enchufa en un trabajo, o si trabaja en una oficina en la que la mitad de la plantilla es de la misma familia, sin que la empresa sea familiar. Y por eso permitimos que el 20 por ciento de los nuevos altos funcionarios del Estado sea familiar de otro alto funcionario.
Pero no podemos conformarnos con este argumento de que la corrupción es un rasgo cultural.
Porque si decimos «vale, es así, no se puede cambiar» y nos encogemos de brazos sería como admitir que la verdadera democracia no tiene cabida y nunca la tendrá en nuestro país.
Lo que sucede es que el problema de la corrupción es el de la pescadilla que se muerde la cola.
En un país corrupto impera la desconfianza social, por lo tanto será cada vez más corrupto.
Si yo estoy convencido de que el dinero de mis impuestos no va a revertir en el bien común, sino que va a ir a las reformas del chalet de Fabra, o a la mansión donada de Cospedal, o al Ferrari del hijo de Pujol, o a las cuentas suizas de Bárcenas, o a la indemnización de Blesa, o al palacete de la Infanta o a las putas y la cocaína del concejal andaluz de turno, lo normal es que intente defraudar ese dinero.
Para que se pierda en tonterías, mejor me lo gasto yo.
De esa manera, los países desarrollan culturas donde predomina la desconfianza social como consecuencia de unos elevados niveles de corrupción, de forma que la corrupción crea más corrupción. Si el de al lado lo hace, yo también. Peor aún: se crea una admiración hacia la figura del corrupto. Si este señor ayer estaba de camarero en una barra y hoy se pasea en Porsche con un Rolex en el brazo, yo también quiero hacerlo, caiga quien caiga.
En esta crisis todos tenemos que asumir nuestra parte de responsabilidad. Y por tanto tenemos que pensar que podemos cambiar cosas.
Podemos recoger firmas, asociarnos, manifestarnos, escribir cartas al director, organizar plataformas ciudadanas, arriesgarnos a votar a partidos nuevos que, con toda seguridad, serán los primeros interesados en cambiar la Ley Electoral, hablar con nuestros hijos adolescentes y explicarles la situación, educarlos en la autonomía y en la proactividad en lugar de en la sobreprotección, que es la tónica educativa que impera en esta sociedad.
Podemos leer, informarnos, reclamar, observar la realidad, no quedarnos parados ante los cambios, participar en la nueva realidad, que no muerde, entrenarnos para detectar patrones generales por encima de respuestas concretas, creer en la «dinámica de síntesis» para escapar a la «parálisis del análisis», superar el miedo a fallar y a cometer errores, poner en cuestión el statu quo, incluida nuestra propia forma de ver las cosas hasta el momento, encontrar nuevas formas de abordar los retos futuros, explorando nuevas vías y evitando las respuestas fáciles a los problemas.
Entiendo que el descontento con la clase política es muy grande, pero me veo en la obligación de recordaros que existen formaciones pequeñas estilo UPyD o Equo que de momento funcionan por congresos, y no por disciplina de partido. Me veo en la obligación de recordaros que los ciudadanos no nacen siendo ya de izquierdas o de de derechas ni con el carnet de ningún partido, en la obligación de recordaros nadie esté obligado a votar siempre lo mismo o a resignarse ante las opciones políticas vigentes, cuando ya le han decepcionado anteriormente, me veo en la obligación de recordaros que la Ley Electoral se puede cambiar, que podemos exigir un cambio en el sistema.
En una época como ésta, marcada por los cambios acelerados, no podemos conducir mirando por el espejo retrovisor. Ni confiar en salir adelante utilizando aquellas herramientas que han funcionado en el pasado. Haciendo lo de siempre, conseguiremos lo de siempre. Por lo tanto nos toca abandonar la rutina y proponernos hacer las cosas de manera diferente. Primero, en el nivel individual. Después, en el nivel social.
Podemos deprimirnos por ello o tomárnoslo como un reto.
Yo ya me he pasado varios meses deprimida, así que ahora me toca cambiar.
Nos guste o no, el mundo está cambiando a toda velocidad.
como decía Keynes:
La verdadera dificultad al cambiar el curso de cualquier organización reside no en desarrollar nuevas ideas, sino en librarse de las viejas.

Buena reflexión sobre la docencia

'Una siesta de doce años'      
 
Carles Capdevila / Periodista.
Educar debe de ser una cosa parecida a espabilar a los niños y frenar a los adolescentes. Justo lo contrario de lo que hacemos: no es extraño ver niños de cuatro años con cochecito y chupete hablando por el móvil, ni tampoco lo es ver algunos de catorce sin hora de volver a casa. 
Lo hemos llamado sobreprotección, pero es la desprotección más absoluta: el niño llega al insti sin haber ido a comprar una triste barra de pan, justo cuando un amigo ya se ha pasado a la coca. S
orprende que haya tanta literatura médica y psicopedagógica para afrontar el embarazo, el parto y el primer año de vida, y que exista un vacío que llega hasta los libros de socorro para padres de adolescentes, esos que lucen títulos tan sugerentes como Mi hijo me pega o Mi hijo se droga. Los niños de entre dos y doce años no tienen quien les escriba.
Desde que abandonan el pañal (¡ya era hora!) hasta que llegan las compresas (y que duren), desde que los desenganchas del chupete hasta que te hueles que se han enganchado al tabaco, los padres hacemos una cosa fantástica: descansamos. Reponemos fuerzas del estrés de haberlos parido y enseñado a andar y nos desentendemos hasta que toca irlos a buscar de madrugada a la disco. Ahora que al fin volvemos a poder dormir, y hasta que el miedo al accidente de moto nos vuelva a desvelar, hacemos una siesta educativa de diez o doce años.
Alguien se estremecerá pensando que este período es precisamente el momento clave para educarlos. Tranquilo, que por algo los llevamos a la escuela. Y si llegan inmaduros a primero de ESO que nadie sufra, allá los esperan los colegas de bachillerato que nos los sobreespabilarán en un curso y medio, máximo dos. 
Al modelo de padres que sobreprotege a los pequeños y abandona los adolescentes nadie los podrá acusar de haber fracasado educando a sus hijos. No lo han intentado siquiera. Los maestros hacen algo más que huelga o vacaciones, y la educación es bastante más que un problema. Pido perdón tres veces: por colocar en un título tres palabras tan cursis y pasadas de moda, por haberlo hecho para hablar de los maestros, y, sobre todo sobre todo, porque mi idea es -lo siento mucho- hablar bien de ellos. 
Sé que mi doble condición de padre y periodista me invita a criticarlos por hacer demasiadas vacaciones (como padre) y me sugiere que hable de temas importantes, como la ley de educación (es lo mínimo que se le pide a un periodista esta semana).
Pero estoy harto de que la palabra más utilizada junto a escuela sea ‘fracaso’ y delante de educación acostumbre a aparecer siempre el concepto ‘problema’, y que ‘maestro’ suela compartir titular con ‘huelga’.
La escuela hace algo más que fracasar, los maestros hacen algo más que hacer huelga (y vacaciones) y la educación es bastante más que un problema. De hecho es la única solución, pero esto nos lo tenemos muy callado, por si acaso. Mi proceso, íntimo y personal, ha sido el siguiente: empecé siendo padre, a partir de mis hijos aprendí a querer el hecho educativo, el trabajo de criarlos, de encarrilarlos, y, mira por donde, ahora aprecio a los maestros, mis cómplices. ¿Cómo no he de querer a una gente que se dedica a educar a mis hijos? 
Por esto me duele que se hable mal por sistema de mis queridos maestros, que no son todos los que cobran por hacerlo, claro está, sino los que son, los que suman a la profesión las tres palabras del título, los que mientras muchos padres se los imaginan en una playa de Hawái están encerrados en alguna escuela de verano, haciendo formación, buscando herramientas nuevas, métodos más adecuados.
Os deseo que aprovechéis estos días para rearmaros moralmente. Porque hace falta mucha moral para ser maestro. Moral en el sentido de los valores y moral para afrontar el día a día sin sentir el aprecio y la confianza imprescindibles. Ni los de la sociedad en general, ni los de los padres que os transferimos las criaturas pero no la autoridad. 
¿Os imagináis un país que dejara su material más sensible, las criaturas, en sus años más importantes, de los cero a los dieciséis, y con la misión más decisiva, formarlos, en manos de unas personas en quienes no confía? Las leyes pasan, y las pizarras dejan de ensuciarnos los dedos de tiza para convertirse en digitales. 
Pero la fuerza y la influencia de un buen maestro siempre marcará la diferencia: el que es capaz de colgar la mochila de un desaliento justificado junto a las mochilas de los alumnos y, ya liberado de peso, asume de buen humor que no será recordado por lo que le toca enseñar, sino por lo que aprenderán de él.