Las claves de la semana
La política, como 'Sálvame'
- Los programas de debate político del sábado no se parecen a Informe Semanal
- Espías, corruptos o amigas del Rey protagonizan las tertulias
Los sábados por la noche hay programas de debate político en
Telecinco y en La Sexta. Ahora no se parecen a 'Informe Semanal', sino a
'Sálvame Deluxe'. Los periodistas no hablan del déficit, ni del paro,
ni de la última reforma del Gobierno, ni de la independencia de
Cataluña.
Hablan de chantajes, de espías, de intimidades
grabadas, de amantes con deseo de venganza, de políticos corruptos, de
socios de duques que chantajean a la Corona, de amigas del Rey.
Comentan que un millonario ex tesorero del PP con dinero en Suiza disfruta de unas vacaciones deluxe en Canadá, mientras los acongojados invitados del PP sentados en el plató se ven obligados a expresar su repugnancia ante el acoso de los presentes. Hablan del contenido de la conversación grabada por espías y llena de intimidades de la presidenta del PP catalán en su almuerzo con una ex amante del hijo de Jordi Pujol. Intercambian impresiones sobre el espionaje a gran escala en Cataluña con micrófonos colocados en centros de flores.
Miguel Ángel Revilla se presenta como el portavoz del sentir del pueblo llano.
"No sé si los partidos se dan cuenta de lo que está pasando. Este país
está en descomposición. Vengo ahora de Calamocha y no he visto semejante
descrédito de todas las instituciones en toda mi vida. Está en riesgo
la democracia". Revilla dijo que no se cree que Ana Mato
y la Infanta Cristina no se enteraran de lo que hacían sus maridos. "Mi
mujer se entera de todo, si yo llego con un Jaguar en vez de con el 405
me dirá que de dónde lo he sacado".
Dos mujeres muy mediáticas se han incorporado al espectáculo esta semana. Ada Colau, la portavoz de Stop desahucios» y, sobre todo, Beatriz Talegón, la joven socialista que le sacó los colores a sus mayores por reunirse en un hotel de lujo. Ella estuvo en 'La Sexta noche' y después se trasladó hasta la otra punta de Madrid para acudir a 'El gran debate' de Telecinco.
Beatriz agradeció las muchas llamadas de dirigentes socialistas después de su discurso en Portugal. Entre ellos, el ex presidente Zapatero, que la llamó para interesarse por su estado de ánimo y le dijo que estuviera tranquila. La joven llegó al plató después de ser abucheada en la calle en una manifestación contra los desahucios. Tenía cara de susto cuando contó que la obligaron a abandonar la marcha. Se la vio agobiada por esta popularidad inesperada. Y muy respetuosa con Rubalcaba que incluso le dio un abrazo.
Hablan de chantajes, de espías, de intimidades
grabadas, de amantes con deseo de venganza, de políticos corruptos, de
socios de duques que chantajean a la Corona, de amigas del Rey.Comentan que un millonario ex tesorero del PP con dinero en Suiza disfruta de unas vacaciones deluxe en Canadá, mientras los acongojados invitados del PP sentados en el plató se ven obligados a expresar su repugnancia ante el acoso de los presentes. Hablan del contenido de la conversación grabada por espías y llena de intimidades de la presidenta del PP catalán en su almuerzo con una ex amante del hijo de Jordi Pujol. Intercambian impresiones sobre el espionaje a gran escala en Cataluña con micrófonos colocados en centros de flores.
Dos mujeres muy mediáticas se han incorporado al espectáculo esta semana. Ada Colau, la portavoz de Stop desahucios» y, sobre todo, Beatriz Talegón, la joven socialista que le sacó los colores a sus mayores por reunirse en un hotel de lujo. Ella estuvo en 'La Sexta noche' y después se trasladó hasta la otra punta de Madrid para acudir a 'El gran debate' de Telecinco.
Beatriz agradeció las muchas llamadas de dirigentes socialistas después de su discurso en Portugal. Entre ellos, el ex presidente Zapatero, que la llamó para interesarse por su estado de ánimo y le dijo que estuviera tranquila. La joven llegó al plató después de ser abucheada en la calle en una manifestación contra los desahucios. Tenía cara de susto cuando contó que la obligaron a abandonar la marcha. Se la vio agobiada por esta popularidad inesperada. Y muy respetuosa con Rubalcaba que incluso le dio un abrazo.
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